miércoles, 26 de diciembre de 2012

Mossos y guardias



El 27 de diciembre, a las 19.00, una convocatoria peculiar. Presentación de La marca del meridiano en la Casa del Llibre de Rambla Catalunya de Barcelona, a cargo de dos personas que bien podrían ser personajes de la novela (pero que, aclaro para suspicaces, no lo son):

- La comisaria de los Mossos d'Esquadra Cristina Manresa.





- El comandante de la Guardia Civil (Zona de Cataluña) José Daniel Baena.




Dos excelentes policías y dos lectores de excepción para una novela que, como su reunión en una misma mesa, pretende aventar un poco los aires enrarecidos que últimamente nos envuelven. Puede que sean poca cosa, la literatura y los lectores, a esos efectos. Pero estoy seguro de que será una agradable novedad para más de uno, que cree que mossos y guardias andan a la gresca.

Puede que sus jefes sí. Ellos, me consta, son ante todo profesionales.

Nos vemos allí, los que queráis. Para los que no podáis venir, prometo mini-crónica en postdata a esta entrada.

Abrazos.

Postdata del 28 de diciembre: Como lo prometido es deuda, más abajo pego una foto probatoria y aquí tenéis la crónica del acto. Al final me extendí un poco, así que la convertí en entrada del otro blog. Creo que merecía la pena. Más abrazos, y gracias a Cristina y José Daniel por estar ahí.



lunes, 24 de diciembre de 2012

A por el 13


Que sí, que contra lo que dicen los agoreros, el 13 va a ser mejor. Vamos a terminar de barrer la casa y de deshacernos de los muebles viejos que quedaron inservibles.

Me vais a permitir que os felicite con la tarjeta de nuestra empresa, Playa de Ákaba, una recién nacida en este 2012 de falsos apocalipsis y que afronta el 2013 con ganas y sin miedo. Si no se lee bien en vuestro navegador, pinchadla y Blogger, siempre servicial, os la amplía.




Y para cerrar esta minientrada, la última foto de este año del meridiano ese que tanta fortuna le ha traído al que suscribe. Fortuna en forma de lectores, la mejor imaginable para un escritor. Así lucía, anteayer.




Feliz Navidad y un abrazo a todos.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Libros pequeños



Si en la entrada anterior daba cuenta de los libros de la nueva editorial, Playa de Ákaba, y de la recepción de la novela ganadora del Planeta, ahora me toca dar cuenta de otros dos libros más pequeños, en tamaño, pero no menos queridos para mí.




El primero es el que se ve en la ilustración precedente, la edición de bolsillo de Niños feroces. Como lector que se nutrió, en su día, casi en exclusiva de libros de bolsillo, celebro enormemente que los míos pasen a ese formato. No sólo por la segunda vida que ello supone, sino porque en esa prórroga llegan a manos de quienes tal vez antes quisieron y no pudieron tenerlos. Además, en los últimos días me han ido llegando comentarios de esos nuevos lectores, muy cálidos por cierto, que quiero agradecer con un pequeño detalle, la foto que cuelgo a renglón seguido.




Es, más o menos, como se vería Jorge García Vallejo, el protagonista de la novela, durante sus apocalípticos días en Berlín en el año 1945. La figura es un tuneo hecho por el servidor sobre una pieza original del excelente fabricante chino Dragon. Impresiona, ¿eh?

El segundo libro, mucho menos áspero y bastante más esperanzador, se titula Todo suena y es el que podéis ver a continuación.




Debo agradecer la oportunidad de escribirlo a la Clínica Universidad de Navarra y a su protagonista, Anuca Aísa, la mujer cuyo viaje hacia el silencio, por culpa de una sordera bilateral progresiva, y cuyo regreso a la audición, tras un doble implante coclear, relato en el libro sobre la base de su propio testimonio y el del cirujano que la operó, el doctor Manuel Manrique, que además me permitió presenciar en directo una de sus operaciones. Una técnica quirúrgica de precisión que recordaré siempre como uno de los más impresionantes trabajos que jamás vi hacer con las manos.

El primer libro lleva ya algunas semanas en las librerías. El segundo, se presentó esta semana en Navarra (más detalles sobre la presentación, aquí). Los interesados en obtenerlo, podéis contactar con la clínica (no es un libro para vender).

Abrazos.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Ákaba, el meridiano y los nuestros

















Por primera vez desde hace unos años, se me ha pasado un mes entero sin escribir en el blog. Me propongo que no vuelva a suceder, pero en este mes han concurrido circunstancias excepcionales.
Además de mantener dos veces en semana otro blog (por cierto, lo tenéis aquí) y de preocuparme de colgar en elmundo.es la cosecha semanal de vidas.zip (el último, aquí), he empezado a hacer otra colaboración dos veces en semana en La mañana de la COPE, con Javi Nieves, donde me han dado un hueco al que he denominado El pontonero, y que trata de aportar un punto de vista constructivo (tender puentes, se llamaba aquello, cuando se hacía) en un país lleno de dinamiteros vocacionales. La última colaboración, si alguien quiere oírla, podéis encontrarla aquí.

Pero que multiplique mi actividad en otras cosas (habría que sumar la sección del cartero de XLSemanal) no quiere decir (ni justificaría) que vaya a abandonar este espacio de intercambio con los lectores. Lo que en este mes me ha apartado del blog ha sido la conjunción de todo lo anterior con otros dos acontecimientos que me han puesto la tienda patas arriba.


El primero, mi estreno como editor, en compañía de Noemí Trujillo y con el apoyo de Lorenzo Rodríguez (y de Pilar Lucas al mando de las relaciones con los medios). Hemos llamado al invento Playa de Ákaba, en homenaje a T. E. Lawrence y a David Lean, que nos hizo soñar con la epopeya del primero llevándolo con su camello, en la piel de Peter O'Toole, hasta la playa de Carboneras, en Almería. Una metáfora, esa travesía del desierto del tozudo e insensato Lawrence, que nos sirve para referirnos al desafío que asume un escritor que quiere llegar con sus palabras a los lectores, y para el que queremos ser esa playa propicia que significa el final feliz del camino. Justamente esa playa (la del cine, que acaso ha terminado siendo más real que la auténtica), y como ya anticipé aquí mismo hace bastantes meses, nos ha dado el logo de la editorial y la cubierta del primer libro. Se trata de una edición de las cartas que Lawrence fue escribiendo mientras avanzaba hacia el famoso puerto del Mar Rojo, que me he dado el placer de traducir yo mismo y que hemos titulado Camino de Ákaba. Un texto hasta ahora inédito en castellano y apasionante por su contenido y su estilo, el de ese finísimo prosista que era, entre otras muchas cosas, Thomas Edward Lawrence.




Otros dos títulos inaugurales son de poesía: Yo vivía aquí, una antología de ese gran narrador y poeta que atiende por el nombre de Carlos Zanón (lo conoceréis como novelista por su excelente No llames a casa, y si no lo conocéis ya estáis corriendo a la librería a comprarlo, y estoy seguro de que no me afearéis la brusquedad cuando lo leáis); y Solo fue un post, de Noemí Trujillo, un poemario que en su humildad y desnudez (sus poemas nacieron como simples entradas en un blog) es quizá uno de los más inspirados, vibrantes y emocionantes de su autora.

       
 




Por último, la editorial también hace su primera incursión en la literatura infantil, con Judith y sus muñecas monstruosas, un libro que todos los que tengáis niñas abducidas por esas horribles muñecas que se llevan ahora podéis utilizar como terapia e invitación a la lectura. Damos fe de que funciona. Hace una semana organizamos una presentación en Viladecans y, como podéis ver en este vídeo, a punto estuvimos de tener un problema de orden público.




Pinchando en los títulos podéis acceder a las fichas de cada uno de los libros, y de ahí, a la posibilidad de conseguirlos, tanto en papel como en ebook. Por cierto, que en este formato los vendemos entre 1,99 y 2,99 euros. Espero que nadie me diga que se ve obligado a piratearlos por su abusivo precio. O tendré que recordarle lo que vale una caña.

El otro acontecimiento excepcional de este mes ha sido la exigente y agotadora gira del premio Planeta, algunos días con jornadas de 16 o 18 horas, y esto no es mi mitad andaluza exagerando... Por suerte, he tenido el cariño y la atención de mucha gente en el recorrido, todos los compañeros de los medios, muchos lectores, además del apoyo de Fátima Santana, infatigable encargada de prensa de Planeta, y la serena compañía de Mara Torres, que es gran periodista y excelente compañera.




Respecto de la recepción del libro, La marca del meridiano, séptima entrega de las andanzas de mis incombustibles Bevilacqua y Chamorro, sólo puedo estar agradecido. Siempre hay alguna división de opiniones, pero la mayoría coincide en que es el mejor de la serie y las reseñas son unánimemente favorables (exceptuando algún bloguero, y para recordarme que soy mortal y que nunca se puede gustar a todo el mundo, enlazo aquí a la que más leña me da, secundada por sus comentaristas). Las dos críticas que he visto que se le hacían con más frecuencia, que se apegaba demasiado a la realidad y que era políticamente correcta, entre otras cosas por mostrar a unos guardias y unos mossos que se llevan bien, me placen. Lo primero, apegarse a la realidad, es marca de la casa, y tengo la firme convicción de que no empece para hacer la mejor literatura; lo segundo, aparte de que para mí ya hace mucho que la etiqueta "políticamente correcto" no significa nada (por el abuso a la hora de despacharla), tengo la sensación de que proviene de personas que no han hablado jamás con un mosso d'Esquadra sobre los guardias ni con un guardia destinado en Cataluña sobre los mossos, mientras que mi visión de la jugada en la novela está precedida de múltiples contactos con unos y otros: con los currantes, quiero decir, que son los que tienen que resolver problemas concretos en la calle, día a día, y a los que poco o nada les interesa entrar en los juegos florales que tienen tan atareados a sus jefes políticos.

Por cierto, la foto que abre esta entrada es un guiño a la novela. Es la playa de Castelldefels, donde suceden algunos acontecimientos relevantes de la historia, fotografiada al atardecer del viernes pasado, mi primer día de vuelta a la vida normal (bueno, más o menos), una vez acabada la gira.




Y para cerrar, otra buena noticia. En este mes de noviembre he recibido la traducción al árabe del El nombre de los nuestros, realizada por Ahmed Benremdane, profesor de la universidad de Fez. La cubierta, la tenéis sobre estas líneas. Los que me conocéis sabéis la ilusión que me hace ver esta historia de moros y cristianos, hermanados por el dolor, vertida a la hermosa lengua de Averroes. Ahora sí que puedo decir que la historia de los nuestros, los que siempre pierden para que otros ganen, los que lo hicieron a ambos lados de la trinchera en aquellos duros campos de batalla del Rif hace casi un siglo, está contada en el idioma de todos. Bueno, faltaría el rifeño, pero eso a lo mejor tiene que esperar un poco más. Algún día, tal vez. No hay nada imposible.  

Abrazos.