lunes, 30 de diciembre de 2013

Alegrías de un pequeño editor



Hace poco más de un año, Noemí Trujillo y un servidor impulsamos el nacimiento de un nuevo sello editorial, Playa de Ákaba. Nos tildaron de locos, y posiblemente tenían razón. Lanzarse a editar libros en la España de la crisis (con sus seis millones de parados y su consumo bajo mínimos) y del derecho fundamental a no pagar nunca por la cultura (ni a quienes la producen), se antoja un emprendimiento industrial de improbabilísima rentabilidad. Digamos, no obstante, que hay algo más en la vida que ganar dinero, y que los fundadores de este sello, aunque aspiramos a no arruinarnos en el empeño (ya se verá si lo conseguimos), lo que buscamos ante todo es que existan y lleguen al lector libros que nos parece que merecen la pena y que en este contexto lo tenían muy crudo para ver la luz.

Por todo ello es una gran alegría lo que muestra esta imagen:




Que un crítico reputado y atento como Andrés Ibáñez, muy respetable escritor además, escoja nuestra primera novela como la mejor de las publicadas en 2013, y lo haga con esos argumentos (pinche en la imagen quien desee agrandarla y leerlos), nos llena de satisfacción y orgullo. Apostamos por Enemigo innúmero de Carlos Soto porque nos parecía una novela valiente, brillante y diferente. No aspirábamos a ponerla en pilas en el Carrefour, y no ha sucedido. Pero quien guste de la buena literatura y se fíe del crítico podrá encontrarla, casi seguro, en la tienda de la FNAC o de El Corte Inglés más cercana. Se hará además con un volumen que merece la pena tener (una primera edición que hará historia). Los menos románticos lo podéis comprar en ebook a 1,89 euros. Creo que es todo el esfuerzo que un editor puede hacer, y creo que desde ese precio puedo reclamar respeto a los derechos de quienes trabajaron para que el libro existiera. Y quien me lo discuta, dejadme decirlo, me parece un inmoral.

Y otra gran alegría es que nuestra apuesta de estas navidades, una antología de relatos de viaje (en principio, otro género minoritario), excelentemente cuidada por Elías Gorostiaga, y con algunos de los mejores narradores del presente en España, merezca la atención que denota esta doble página de la revista Qué Leer, donde se da además voz a algunos de nuestros autores:




Para un pequeño y recién nacido editor significa mucho esta generosidad de los medios, que esperamos que conduzca al interés de los lectores. De nuevo, quien lo desee, lo tiene disponible en ebook a 2,84 euros (un eurillo más, pero es un libro más complejo y con mayor trabajo editorial detrás, y vale menos que un desayuno, con la ventaja de que dura más y deja un recuerdo mucho más hondo).

Es una buena manera de despedir 2013.  Es el momento de agradecer también el buen hacer de nuestros colaboradores, como el propio Elías, o nuestro hombre en Madrid, Lorenzo Rodríguez, o Anamaría Trillo y Efraim Suárez, que nos apoyan en otro de nuestros campos de trabajo, la gestión cultural, en este caso a través del Club de Lectura Chandler & Thompson que mantenemos en el Portal del Lector de la Comunidad de Madrid. Seguimos peleando, con la modestia que imponen nuestros medios y la adversidad que nos circunda, pero siempre con nuevas ideas. En este 2014, lanzaremos nuestro sello digital Playa de Ákaba Arnie (en homenaje al hermano pequeño de Lawrence, Arnold, su preferido y su frecuente corresponsal, y en su edad adulta catedrático en Cambridge). Ya tenemos un primer título, pero vendrán más.




Una manera de apostar por el talento que vamos encontrando, con los mimbres precarios con que hoy en día puede, en España, hacer su cesto un editor.

Que 2014 os sea propicio, o por lo menos no tan áspero como este 2013 que cerramos.

Abrazos.


jueves, 19 de diciembre de 2013

Orens y O'Toole






Por sus venas corría sangre escocesa e irlandesa, dos sangres difíciles, como las tierras contra las que sus portadores tuvieron que prevalecer para sobrevivir. Una mezcla semejante, casualidad o no, a la que produjo a Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, el hombre al que interpretó en el cine y junto al que alcanzó la inmortalidad. Nunca se sabrá quién ayudó más a quién, en ese menester de alzarse como icono imperecedero: si Lawrence a O’Toole, o éste a Lawrence. 

Leer más (en msn.es)

lunes, 16 de diciembre de 2013

Libros calentitos



La verdad, que queréis que os diga, a mí me sigue gustando recibir libros recién salidos del horno. En papel, como toda la vida. Y más si son tan hermosos como éstos:




Con todos tengo algo que ver y todos me han llegado esta semana. La tercera edición de Siete ciudades en África (y hace unos días me llamaron para decirme que acaba de encargarse la cuarta, porque ya no había stock en almacén, una alegría más que me da este librito), la traducción al griego de La marca del meridiano (primera a este idioma, y me hace ilusión que sea esta novela), la antología de relato criminal España negra (en la que participo con siete minicuentos) y el suntuoso libro que ha sacado Lunwerg con motivo del centenario del Greco, relatos de un buen puñado de buenos escritores inspirados en otros tantos cuadros del pintor. Éste es el mío:




En fin, quiero creer que son buenas sugerencias para algún regalo navideño. Espero que a alguien le sirvan como orientación, y si decide regalar alguno, que el receptor lo disfrute.

Abrazos.

martes, 10 de diciembre de 2013

Mandela, hacedor de milagros



Si se tratara de un papa, ya podrían poner en marcha la canonización exprés. Hoy hemos visto que Nelson Mandela, además de sus dotes de liderazgo que le permitieron reconducir la historia de un país que parecía abocado al baño de sangre, tiene la capacidad de provocar milagros. El primero, éste:





Seguir leyendo (en msn.es).

domingo, 1 de diciembre de 2013

Nómadas





Suele entenderse que la palabra nómada se aplica a aquel que no tiene casa en ninguna parte. Siempre me he sentido nómada y nunca me ha gustado esa acepción.




Prefiero entender que nómada es aquel que, felizmente exento del vínculo excluyente a un lugar, puede sentirse en casa en muchos sitios. Dondequiera que haya un banco para sentarse, por ejemplo.




Las fotos de esta entrada corresponden a Miami, adonde he regresado por segunda vez en estos días, y a Nueva York, adonde acudía por séptima u octava vez (dudo).




Por ambas paseé, en ambas me sentí bien, en mi sitio, pese al brusco contraste climatológico: en una, calor tropical, en la otra, frío polar.

Estuve defendiendo por allí mi trabajo, La marca del meridiano en español, y La flaqueza del bolchevique en inglés (The Faint-hearted Bolshevik). Siempre que uno salta a otro país empieza de cero, pero es bonita esa sensación de lo que comienza, como ya decía T. E. Lawrence, otro nómada. Tanto en la Feria del Libro de Miami como en el Cervantes de Nueva York dispuse de excelentes cómplices, a quienes va desde aquí mi gratitud.

El viaje es siempre una ocasión para el reconocimiento. Ya había paseado por esos muelles de Miami, ya había estado en Brooklyn, desde donde están tomadas las instantáneas neoyorquinas. Incluso me permití almorzar en mi restaurante brooklyniano de costumbre.




Pero siempre se descubre algo. Por ejemplo, este jardín oculto de Brooklyn Heights:




O la vista nocturna de Manhattan desde Long Island City, cortesía de mi amiga Nuria Mendoza, residente allí ahora. Por cierto, se me congeló la mano sujetando el iPhone para hacer esta foto:




Sirvan estas líneas también para celebrar el libro que sobre nómadas y escrito por nómadas acabamos de dar a luz en Playa de Ákaba:




Más detalles, por cortesía de su antólogo, Elías Gorostiaga, aquí. Espero que lo disfrutéis. En ebook lo servimos a precios anticrisis, sólo 2,99. Puedes comprarlo aquí.

Abrazos.