lunes, 30 de mayo de 2011

Feria del Libro






Este año no tengo libro nuevo, salvo que se considere que la temporada comienza en septiembre, en cuyo caso el que tengo es Sereno en el peligro, que es de octubre pasado. Y salvo los e-books, que no se pueden firmar (que por cierto, eso habrá que resolverlo algún día).

Por eso, y porque estoy enfrascado hasta las cejas en escribir el próximo, sólo voy un fin de semana a la Feria del Libro de Madrid. Y será el último de todos. Así acudo sin la menor presión competitiva, sólo a ver a los amigos, que es lo que apetece del asunto.

Os detallo las firmas y las casetas a las que yo me he comprometido. Cualquier otra cosa que veáis publicada por ahí es incorrecta. No sé por qué, en este asunto suelen deslizarse errores todos los años:

Viernes 10. 19.00-21.00 h. Rafael Alberti. Caseta 97.

Sábado 11. 12.00-14.00 h. La Regenta. Caseta 138.

Sábado 11. 19.00-21.00. Casa del Libro. Caseta 55.

Domingo 12. 12.00-14.00. El Corte Inglés. Caseta 348.


Pues nada, allí nos vemos, quienes queráis. Que el Retiro es siempre el mejor sitio de Madrid y en estos días en que lo toman los libros y los lectores, más todavía.

(Ah, la foto es de los libros que el azar ha reunido en mi mesa en estos días. No significa nada en particular. O sí...)

Abrazos.

viernes, 27 de mayo de 2011

Escuche, senyor Felip Puig






El vídeo lo grabó mi amigo Javier Puebla en la Puerta del Sol, la medianoche siguiente a las últimas elecciones. Que los políticos electos sigan metiendo la pata como la ha metido hoy el ciudadano Felip Puig, conseller de la porra de la Generalitat, al ordenar el desalojo contundente de la Plaça de Catalunya de Barcelona (con el pasmoso motivo de despejar el espacio público para un acto de una entidad privada, como lo sería la celebración de un eventual triunfo del Barça en la final de la Champions). Que sigan, sí, y habrán de irse acostumbrando a ese estruendoso silencio, y al sonido que finalmente lo rompe. No parecen enterarse de que sí, algún perroflauta habrá, pero esto viene de mucho más hondo, y va por ellos.




La policía puede detener y/o denunciar al que desobedece las órdenes de la autoridad, puede repeler a quien le pone una mano encima (quien hace cualquiera de esas dos cosas, ya sabe a lo que se expone, en un estado de Derecho). Pero pegar a quien sólo alza las manos siempre ha sido una indignidad. Aquí y en Pekín, ahora y en la Edad Media. Y por encima de todo, en democracia, es un inmenso error. Quien les ha dado esas órdenes a los ciudadanos policías de la imagen, les ha hecho un flaco favor. A ellos como individuos, primero, y después, a la institución a la que pertenecen.

Abrazos

domingo, 22 de mayo de 2011

¿Algo pequeñito?





Siento que suene a cita de uno de esos temas suicidas que tenemos por costumbre presentar a Eurovisión (para bien: nos evitan ganar y el coñazo de tener que organizar esa horterada anacrónica). Pero es la pregunta que me surgió al leer el cartel que veis en la foto.

Algo bonito, sí, pese a todas las reticencias que legítima o ilegítimamente despierta. Que también le despierta a este servidor, antes y después de pasearse, como hizo anoche, por la recién nacida (y de incierto pronóstico) República de Sol. Las propuestas formuladas hasta la fecha por los concentrados combinan lo racional y lo imprescindible con lo gratuito y lo ilusorio. En la plaza convive gente de veras indignada con gente que se distrae, que liga o que va dando caladas al porrito con los ojos soñolientos (que no soñadores) en medio de una nube de buen rollito que todavía no se cree. Nadie lea esto como una censura. Me parece bien distraerse, me parece bien ligar y aunque no está entre mis hábitos inhalar humo de ninguna especie, reconozco el derecho de cada cual a hacer con sus pulmones y neuronas lo que guste, si no joroba los pulmones o las neuronas de otro. Lo que quiero decir es que en algunos aspectos y desde algunos ángulos el 15-M resulta un tanto somero.



Que no irrelevante. Creo que quien así lo juzga, yerra. Junto a este lado más evanescente, hay en los carteles, de los que me he permitido poner aquí una muestra, pero más importante aún, en las mentes y los corazones de los congregados, verdades hondas y silenciadas de forma insoportable durante demasiado tiempo. Hay el estallido de una conciencia reprimida, de una justicia postergada, de una esperanza sofocada bajo cálculos sin alma y sin juicio. Y se nota en la solidaridad, la organización y el respeto mutuo que imperan en la plaza.



Esto, como toma de conciencia, era necesario y es saludable. Junto a algunas obviedades vacuas, algunas candideces notorias o los meros plagios de mayo del 68 (ese movimiento tan poco reivindicable, vista su estela de humo y deserciones), consuela ver la calle empapelada de letreros que dicen alto y claro esa verdad oportuna, la que concierne a la intolerable corrupción y el paulatino torcimiento de nuestra democracia, y que piden, antes de que sea demasiado tarde, que regrese a la esencia de esas antiguas y dignas declaraciones convertidas en hueca fórmula por una praxis en manos de trileros, mediocres y simples forajidos.




No sé adónde llegará, esta #spanishrevolution, si no descarrilará o la harán descarrilar, sus enemigos, los que quieran aprovecharse de ella o sus propios partidarios. Pero por mi parte, la siento como un paso adelante. Prefiero que estos chavales estén ahí, diciendo y diciéndose algo. Hasta ahora, la salida a la frustración y al negro desafío de un futuro cegado era el botellón. Se han sacudido ese cepo, que los hacía inofensivos, y de qué manera.



Sin compartir todo lo que piden, anoche me senté con ellos a hacer su minuto silencioso de buena gana. Y es agradable sentir esa protesta no violenta, de extraña delicadeza.

Aunque su mensaje, de pronto, puede ser un puñetazo. Basta con ver esta foto:



El Himmler con orejas de Mickey y el € en lugar de la Totenkopf en la gorra, estremece. Pero antes de considerarlo un despropósito (acompañado de ese "No nos representan" dirigido a gobernantes a fin de cuentas democráticos) piénsese en el exterminio de la ilusión, en el exterminio del futuro para tantas personas bajo los gases tóxicos de un pensamiento único, basado en la voracidad y el miedo, con el remate de este desplome económico generalizado que la ineptitud de sus gestores, unida a su petulancia, nos ha traído.




Con todos sus fallos, el sistema tiene sus logros. Por ejemplo, toda esta gente puede estar donde está y diciendo lo que dice sin que la policía la desaloje, y menos aún le dispare (cosa que no pueden decir los sirios, verbigracia). No estamos ante un edificio para el que resulte exigible el derribo, ni mucho menos. Pero sí una rehabilitación a fondo. Impostergable.

Tendremos que agradecerles que se hayan negado a seguir callando. Y los que han ganado elecciones esta noche, y también los que las han perdido, por su torpeza y por su elusión de la realidad, no cometan la imprudencia de pasarlos por alto. Estos chicos (y no tan chicos) no son perfectos, pero no se merecen que se los ignore. Pero es que además hay algo que va más allá de esa plaza: mucha gente no vota, un millón vota blanco o nulo y muchos sin el menor entusiasmo. No lo olviden. Cuando menos, es algo que bien justifica una reflexión.

Abrazos.


Postdata: Hoy (lunes 23) volví a pasar por Sol. No pude evitar hacer esta foto:




Sólo por esa pancarta de la derecha, merece la pena esta movida. Creí que nunca leería una exhortación así, como creo que debe hacerse, como lo que es: un mensaje de insurgencia que interpela al transeúnte. Hay esperanza. Belén Esteban y sus aviesos programadores no han devastado todos los cerebros.

Más abrazos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Por algo será





No es normal, ni mucho menos, que España sea portada, de esa guisa, de uno de los más grandes diarios norteamericanos (el que se zumbó a Nixon, para quien no lo sepa o recuerde). Ver Sol, la plaza que otras veces fue de la libertad para los españoles, en esa foto enorme, es emocionante para un español que anda por tierras de yanquis. Que en España haya periodistas y tertulianos riéndose es un signo de cómo está el nivel del gremio.

No todos los que están en el movimiento son de mi agrado (lo que seguramente dice en su favor, por su pluralismo) pero la petición que ha logrado aglutinar a tanta gente (y que no es la de las descargas gratis, precisamente) resulta impostergable: listas abiertas ya. Que pare ya eso de ser diputado por caer bien al jefe provincial del partido y apretar el botón que le mandan.

Parecía imposible, pero quizá hoy lo es un poco menos.

Abrazos desde Brooklyn (por cierto, también el periódico local, el New York Times, otra gacetilla sin importancia, trae la noticia),


domingo, 15 de mayo de 2011

Sábado, periódico, Brooklyn





Qué tendrá leer el periódico un sábado ante un horizonte despejado. No lo sé, pero es un vicio en el que me gusta reincidir.

Y más cuando el horizonte es éste. El que se ve desde Brooklyn (o más exactamente desde Brooklyn Heights Promenade), y al que no puedo dejar de volver cada vez que vengo a Nueva York. De hecho, es aquí, en Brooklyn, donde prefiero alojarme. Manhattan, mejor para verlo en la distancia. Brooklyn es, en NY, lo que más cerca puedo llegar a sentir como un hogar. Por eso se lo puse aquí al protagonista de El ángel oculto. Además, tengo hasta mi propia calle:




Bueno, es broma. También me gusta pasear por Manhattan de noche. Una prueba:




Pero me reitero en que para sentirse como en casa, nada como Brooklyn. Si es que uno gusta de de buscar esa sensación en lugares extranjeros, como es mi caso.

Abrazos.

Postdata.: En el NYT del domingo, que es el que acabo de leer, dos noticias de impacto: 1. Al director del FMI lo saca la policía de un avión de Air France en el aeropuerto JFK, acusado de abusar de una camarera en un hotel de Manhattan. 2. El fundador de Blackwater está montando un ejército de mercenarios, principalmente colombianos y sudafricanos, entrenados por ex militares USA y de la Legión Extranjera francesa, para ponerlos al servicio de los jeques del Golfo, entre otras cosas por si sufren alguna revuelta pro-democracia. Reeditamos la figura de los pretorianos y (salvando la presunción de inocencia, siempre) los poderosos parecen seguir apegados al derecho de pernada. Qué medieval resulta la actualidad.