sábado, 31 de diciembre de 2011

Góndolas





Lo que abre esta entrada es la popa de una góndola, fotografiada sobre un canal cualquiera del sestiere de San Marco, en Venecia. ¿Habéis visto alguna vez una góndola navegar? Es un prodigio de equilibrio y contrapeso: poco más o menos lo que tendremos que hacer todos, en este 2012 que nos disponemos a afrontar, entre recortes (de beneficios) y aumentos (de cargas).




Frente a estas cosas lúgubres, siempre puede oponerse la belleza y la creatividad. Por eso me vais a permitir que esta entrada tenga pocas palabras y descanse sobre un puñado de imágenes bellas, recogidas entre miles que habrían sido posibles, tras varios días paseando por Venecia, al amparo de un soleado diciembre. Me limito a ponerles un breve pie verbal a cada una. Salen más góndolas, y una sorpresa simpática (o eso espero) al final.



La Salute. La más bella.



Atardecer. Última luz desde el Lido.



Más atardecer. San Marco desde la laguna.



Góndola 1. Atardecer con la Salute.



Góndola 2. Cazando en el ferro la última luz del día.



La Giudecca, de noche ya. Y una luz cercana.



La del alba, en la piazzetta San Marco.



Góndola 3. Contra el sol naciente.



Existe. En el sestiere Dorsoduro.



Como veis, es poca cosa.



Pero tiene hermana mayor. Perpendicular a ella.



Y de cierre, un buen consejo. Estáis a tiempo.


Abrazos y ánimos. Que podemos.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Lido di Venezia, Natale





Y he aquí que el día de Navidad amaneció radiante en Venecia y decidimos ir al Lido a buscar las huellas de Tadzio y Von Aschenbach. En fin, no estaban ninguno de los dos, sólo un montón de casetas vacías y unos hoteles cerrados a cal y canto. Por ejemplo, el opulento Excelsior, donde paran las estrellas del cine, y cuyo embarcadero se veía así de fantasmagórico:




O el legendario Hotel des Bains, que está aún peor: de obras y rodeado de andamios.




Pero bueno, lo que importaba era ir allí y hacer el homenaje. Por cierto, Venecia es un lugar estupendo para pasar la Navidad. O la Navidad es un momento estupendo para pasear por Venecia. El orden de los factores, esta vez, no altera el producto.

Abrazos.

martes, 20 de diciembre de 2011

Seguint un estel (Feliz 2012)






Llega la Navidad y bueno, habrá que incurrir en las felicitaciones de rigor. Este año que nos trae, dicen, el apocalipsis maya y algunos otros, he elegido, para variar, algo sorprendente. Siempre he detestado los villancicos, especialmente si le llegan a uno pasados por el filtro del hilo musical de los hipermercados. Pero he aquí que descubrí no hace mucho un villancico magnífico, o mejor dicho, una nadala, que es como se llaman en catalán. Se llama El 25 de gener (El 25 de enero) y la canta el grupo Manel.

No voy a enlazar un archivo, que la canción tiene derechos y todo eso. Sólo os animo a que la busquéis, con arreglo al estándar ético de cada cual. Podéis incluso comprar el discolibro cuya portada abre esta entrada, que contiene el texto con ilustraciones y un cedé con la canción. Será una buena forma de recompensar el talento de los creadores y un excelente regalo.

Lo único que pondré es el texto del villancico, en el original catalán y en la traducción de Noemí Trujillo. Si los autores de la letra tienen algún inconveniente (aunque es práctica común la libre reproducción de letras como herramienta promocional de obras discográficas), les ruego me lo hagan saber. La traductora ha consentido en la publicación.

Segons els pastors de l'últim poble


darrera els horts veurien uns pins,

passats aquells pins el camp d'oliveres


i, al fons, tres camins.


Han pres el trencall i s'ha obert la clariana


i han ordenat als homes descans.


Al camp d'oliveres tres reis s'acomiaden


i encaixen les mans.




Melcior aixeca el cap i veu la muntanya


que abans que enfosqueixi ha d'estar travessant


i es treu la suor amb el coll de la capa

tacada de fang.

I no vol ni pensar que les forces s'acaben


i ni us imagineu com s'emprenya quan,


en beure en el riu, només troba la cara


d'un home gran.


El rei dóna l'ordre pel toc de corneta


pensant en aquells que, no fa pas tant,


li besaven l'escut i entregaven les armes

agenollats.



Des de dalt del camell fot un crit el rei negre,

que faci el favor algun bon soldat


d'aixecar el cul de terra i fer un ràpid recompte


de racions de pa.


Qui pogués creuar el bosc i trobés una barca!


Qui abans d'adormir-se amb el braç estirat


notés com els dits mica en mica retallen

l'aigua del mar!


Qui arribés a palau i triés una dona,

arranqués unes roses i li allargués un ram!

Baltasar té el desig corrent per les venes


com si fos sang.




Gaspar pot sentir clavats a l'espatlla


els ulls d'alguns patges que estan esperant

un cop d'atenció, potser una mà alçada,


una ordre reial.


Un dels homes canta enmig d'una rotllana


amb la veu més dolça que hagueu sentit mai

una cançó antiga que el rei taral·leja


amb els llavis tancats.


El patge més vell es gira i comenta


mirant un segon de reüll cap al cel


"sembla mentida que bé que vivíem


seguint un estel".


******

Según los pastores del último pueblo

detrás de los huertos verían unos pinos,


pasados aquellos pinos el campo de olivos


y, al final, tres caminos.


Han tomado el desvío y se ha abierto el cielo

y han ordenado a los hombres descanso.


En el campo de olivos tres reyes se despiden


y se dan la mano.



Melchor levanta la cabeza y ve la montaña


que antes de que oscurezca tiene que estar atravesando

y se seca el sudor con el cuello de la capa


manchada de barro.


Y no quiere ni pensar que las fuerzas se le acaban

y ni os imagináis cómo se enfada cuando,


al beber en el río, sólo encuentra la cara


de un hombre mayor.


El rey da la orden con el toque de corneta


pensando en aquellos que, no hace tanto,


le besaban el escudo y entregaban las armas


arrodillados.




Desde encima del camello grita el rey negro,


que haga el favor algún buen soldado

de levantar el culo de tierra y hacer un rápido recuento

de raciones de pan.


¡Quién pudiera cruzar el bosque y encontrara una barca!


¡Quién antes de dormirse con el brazo estirado


notara como los dedos poco a poco cortan

el agua del mar!

¡Quién pudiera llegar a palacio y elegir una mujer,

arrancar unas rosas y alargar un ramo!


Baltasar tiene el deseo corriendo por las venas


como si fuera sangre.




Gaspar puede sentir clavados en la espalda

los ojos de algunos pajes que están esperando

una llamada de atención, quizás una mano levantada,


una orden real.


Uno de los hombres canta en medio de un círculo

con la voz más dulce que hayáis escuchado nunca

una canción antigua que el rey tararea

con los labios cerrados.


El paje más viejo se vuelve y comenta


mirando un segundo de reojo hacia el cielo


"parece mentira lo bien que vivíamos


siguiendo una estrella".



Sed buenos. Sed justos. Sed felices.

Abrazos.