miércoles, 22 de octubre de 2014

La ciudad de debajo



Hay una persona bajo cada persona, una ciudad bajo cada ciudad, un mundo bajo cada mundo. Hay personas, ciudades y mundos reales. Hay personas, ciudades y mundos virtuales. Sólo quienes no han leído lo suficiente o no han mirado suficientemente alrededor piensan que los primeros pesan más que los segundos. Quienes se fijan mejor saben que a veces lo virtual derriba lo real. Y que otras veces es la viga sobre la que lo real apoya su maltrecha e inestable techumbre.




Subway Placebo, de la escritora ilerdense Rosario Curiel, es uno de los libros que he tenido la suerte de alumbrar como editor, junto a mi socia Noemí Trujillo, bajo nuestro humilde sello Playa de Ákaba. Es, también, un viaje alucinatorio, que no alucinado, a una suerte de Barcelona subterránea que palpita bajo la Barcelona superficial, corroyéndola y sosteniéndola a la vez. Una metáfora poderosa, inquietante, servida con palabras bien pulidas y dispuestas y personajes desvencijados y precisos.

Es literatura, invención, sueño y pesadilla a la vez. Y es mirada franca, derecha, a esos escondrijos que buscamos para salvarnos y con los que condenamos, a ese otro que pudimos haber sido, a quedar en simple remedo de sus posibilidades.

Barcelona, elección sentimental de la escritora, es una ciudad que en general gusta, agrada e incluso deslumbra. Por eso, y porque el diablo nunca se esconde tras ropajes repulsivos, está tan bien elegida como corteza superior del subterráneo en el que se los sentidos se aturden y se ciegan los caminos. Puede que a alguno le ofenda: a mí, que siento un afecto inextinguible por ella, no me importa la irreverencia de la autora. Es otro modo de homenajearla: sólo se puede profanar lo que previamente se venera.

Anteayer circulé por el metro de Barcelona, entre Sants y el Clínic. Apenas dos estaciones, pero bastaron para recoger esta impresión: el calor era atroz, y creí haber bajado a la ciudad soterrada, el Subway Placebo de Rosario Curiel. Ésa es la fuerza que tiene la literatura, la invención: cambia y enriquece las perspectivas de la vida.

Si os gustan los libros que os desafían como lectores, leedlo. No me reprocharéis, creo, haberos puesto tras su pista.

Abrazos.