Mucho tiempo sin pasar por aquí. Han sido meses de encierro y escritura, ya me disculpará quien siga este blog intermitente, si es que queda alguien. Pero vuelvo para hablar de dos asuntos que no quiero dejar pasar ni de compartir con quien continúe por ahí. El primero es que hace cosa de mes y medio, cuando estaba sumido en la escritura, apareció este libro que es fruto del trabajo de hace un par de años, y de una idea que me vino a la cabeza hará doce o catorce.
Lo que entonces se me ocurrió fue hacer una novela juvenil en las antípodas de las que había escrito hasta entonces, como las que componen la Trilogía de Getafe. No es que estuviera disconforme con ellas, todo lo contrario: han sido fuente de felicidad constante para mí en los últimos veinte años, me han permitido llegar a cientos de miles de adolescentes españoles y son en todos los sentidos una de las mayores bendiciones que he recibido como escritor.
Sin embargo, uno no debe repetirse, ni sobreexplotar sus hallazgos. Por eso empecé a pensar en algo muy diferente: una historia futurista, situada en un mundo degradado donde la realidad virtual ha sustituido, casi completamente a la experiencia física. Un mundo donde una chica que ha perdido a su padre quiere ser policía, pero no sólo para moverse por los mundos virtuales en los que viven casi permanentemente sus conciudadanos y protegerlos de las agresiones y crímenes que también en esos espacios (como en cualquier espacio habitado por humanos) se producen. También quiere aprovechar para tratar de dar con su padre desaparecido, y entender por qué la abandonó.
Esta historia durmió en mi mente muchos años porque nunca lograba sacar el tiempo para escribirla. Un día, hace cinco o seis años, se la comenté a mi mujer, Noemí Trujillo. La sedujo de inmediato, y me propuso escribirla juntos. Así lo hicimos, y éste es el resultado.
Además de esa joven policía, Ahti-Anne, en El palacio de Petko aparecen su joven compañera, Lydia, y Cavey, uno de los programadores del Sistema KB, que mantiene la vida de todos los habitantes de Petko y la oferta de su casi infinita variedad de mundos virtuales. Cada uno de ellos tiene un distinto grado de adaptación al mundo en el que viven. Ahti-Anne siempre quiso ser policía, y cree haber encontrado su lugar en el mundo. Lydia no siente que Petko sea el espacio al que pertenece, y quiere huir. Cavey, en un principio conforme con su posición, entre los privilegiados que programan la vida y las experiencias de los demás, ha empezado a tener sus dudas.
Lo que pasa a partir de ahí queda a la curiosidad de cada uno descubrirlo.
Os pongo un enlace al sitio web de la novela, creado por la editorial, Harper Collins, donde podéis completar la información.
Y ya que estoy aquí, anuncio en qué he invertido estos últimos meses:
Saldrá a la venta el 16 de mayo. Aquí tenéis alguna información. Volveré por aquí en breve para contar algo más.
Abrazos.