Acabó Getafe Negro 2011. Han sido 10 días agotadores pero muy estimulantes.
Me sería difícil destacar alguno de los actos del programa, si hubiera de hacerlo por el interés y el contenido. Todos los que han venido nos han aportado su talento, y cada uno en su estilo y sobre lo suyo nos han permitido descubrir cosas que desconocíamos.
Voy a mencionar cuatro momentos, por razones estrictamente caprichosas y personales.
1. El miércoles 19, cuando pudimos escuchar en el Teatro Federico García Lorca el recital de Mauro Maur, primer trompeta de la ópera de Roma, que acompañado por la pianista Françoise de Clossey (una intérprete a su nivel, esto es, al máximo) tocó, entre otras, piezas de Nino Rota y Ennio Morricone. La pianista logró que el tipo descreído y resabiado que escribe estas líneas se le saltaran las lágrimas cuando atacó, en solitario, esta melodía:
2. El jueves 20, cuando apenas 15 personas, mayoritariamente hombres, asistimos al debate sobre violencia de género entre José María Gómez-Villora (juez de violencia sobre la mujer de Valencia), Miguel Lorente (Delegado del Gobierno contra la Violencia de Género), Inés París (reputada cineasta) y Araceli Santalla (ex maltratada y autora del libro El machismo no es el problema). Confieso que me decepcionó tan baja asistencia a una mesa de tan altísimo interés, que los ponentes, moderados por Carme Chaparro, prolongaron durante dos horas en las que quienes los escuchábamos pensamos sobre todas esas cosas que normalmente dejamos pasar entre tópicos y frases hechas, y que tanto nos conciernen. No sé si fracasamos a la hora de comunicar el acto, si fue la hora (había fútbol, creo, no lo sé ni me importa) o si, y me dolería mucho, sucedió que mi ciudad, donde hay no pocas mujeres maltratadas, y una Casa de la Mujer que me consta que estaba avisada, no estuvo a la altura de lo que se le ofrecía.
3. El viernes 21, cuando escuchamos al jovencísimo Patrick Hennessey (apenas 29 años, y hace cuatro fue el capitán más joven del ejército británico) contarnos sus experiencias de la guerra de Afganistán. Conmovedor su retrato del ex combatiente que regresa a casa de un conflicto que el grueso de sus compatriotas no han compartido (a diferencia de lo que ocurría con los que volvían, por ejemplo, de la Segunda Guerra Mundial): "Ese hombre que bebe solo en la barra del bar donde nadie le comprende". O su reflexión para la generación de sus mayores: "Nosotros hemos conocido el combate y el horror de los que ellos se vieron exentos".
4. El sábado 22, cuando pudimos disfrutar de la inteligencia de dos grandes escritores, el napolitano Maurizio de Giovanni y el suizo de Belinzona, en el Ticino, Andrea Fazioli. Los dos igualmente ingeniosos, emotivos y profundos. Qué placer escucharlos en su italiano pausado y diverso, pero tan asequible que casi no hacían falta las intérpretes.
En fin, y a partir de hoy, a por el de 2012. Yo me pongo otra vez a Morricone. Françoise me dijo que ha grabado recientemente su versión para piano y que pronto estará a la venta. No dejéis de escucharla, cuando salga. Lloraréis también, salvo que vayáis por ahí sin corazón... Como aperitivo, aquí va un vídeo que alguien le grabó en una actuación en Italia.
Abrazos.