sábado, 26 de noviembre de 2011

Mezki, ladrón (del esfuerzo ajeno). Y una rectificación.





Lo que veis es una captura de pantalla de la web epubgratis.me de esta misma mañana. Como atestigua, y podéis probar pinchando este enlace, un ciudadano que se hace llamar Mezki ha copiado sin permiso algo que no es suyo y lo difunde desde 8 servidores a todo el que encuentre la página en Google, es decir, potencialmente a todo el mundo. También se jacta de su rapidez y se autotitula como monstruo.

Hasta el momento de la captura, apenas unas pocas horas después de colgar el epub, 1.000 personas habían visitado la página. No lo digo yo, lo dice el propio contador de epubgratis.me. Se ve en la foto.

Con esta misma web ya he tenido un par de intercambios. Aquí y aquí los veréis. En ella está colgado, con mi permiso y bendición, un voluminoso ebook que recoge un millar de páginas de escritos. Se llama Zona desdinerizada y recoge todos los textos que ofrezco en mi web. No sólo nunca he protestado por ello, sino que lo he agradecido públicamente, y vuelvo a hacerlo.

Pero Mezki no pidió permiso.

Mezki, por sí y ante sí, se otorgó la autorización para hacer suyo, copiándolo y difundiéndolo urbi et orbi, lo que salió de la imaginación y el trabajo de otro. Para ser más exactos, de quince años de trabajo e imaginación de otro, porque ése es el tiempo que llevo trabajando en los personajes que protagonizan esa novela. Mezki, en suma, no es, o no sólo, un monstruo, como él mismo dice, sino un ladrón del esfuerzo ajeno.

Uno supone que Mezki (¿abreviatura de Mezkino quizá?) no recibió una educación que le enseñara a valorar eso, el esfuerzo ajeno. Tampoco le enseñaron a disponer sólo de lo suyo, y no de lo de otros. Seguramente ni le enseñaron lógica, porque a lo mejor hasta piensa que lo que ha hecho es una "copia privada" que autoriza la ley. Tan privada que este que escribe, que ni sabe quién Mezki es ni tiene el menor interés en saberlo, ha podido acceder a ella para comprobar que en efecto es su libro completo, y que para leerlo hay que ver siempre alguna publicidad (es decir, darle negocio a alguien que a lo mejor no es Mezki, pero seguro que tampoco es ningún indigente, sino una empresa que bien se lucra con toda esta circulación).

Pero en fin, dejemos a Mezki, que probablemente ya no tiene remedio. Es lo que pasa con la educación, o se recibe a tiempo, o ya es difícil subsanarlo.

La cuestión es qué se puede hacer. Veamos.

Calculando a bulto, y suponiendo que sólo un tercio de los visitantes hubieran descargado el libro, 300 ebooks descargados sin pagar y sin permiso (hasta el momento) suponen para el que suscribe un perjuicio de entre 200 y 300 euros que podría haber percibido por su trabajo (del que otros van a servirse, luego algo vale) si en lugar de haberse copiado clandestinamente se hubieran comprado. No es baladí recordar que este título puede adquirirse con pleno consentimiento de su autor por 5,99 euros en solitario o por 2,49 euros dentro de un pack de seis títulos, lo que no me parecen precisamente precios prohibitivos para quien esté interesado en un libro que puede proporcionar unas 20 horas de entretenimiento.

Aquí el autor tiene dos alternativas. Emprender una acción penal contra Mezki y el webmaster de epubsgratis.me. Pero, entre otros problemas, se encontrará con que el Código penal español castiga estas conductas sólo si hay ánimo de lucro, lo que los jueces tienden a interpretar restrictivamente (es una ley penal, in dubio pro reo), exigiendo que se pruebe un pago directo por la descarga que aquí no hay (aunque la presencia de publicidad en el proceso pruebe la rentabilidad de todo el cotarro, globalmente considerado).

Descartado lo anterior, siempre se puede emprender una acción civil por el perjuicio causado por la vulneración del derecho de propiedad intelectual. No es difícil que esa acción prospere (dudosamente es privada la copia, por lo que su ilegitimidad civil es manifiesta). Pero el proceso, entre instancia y recursos, llevará varios años, aparte de unas costas (abogado, procurador, etc.) que superarán con mucho los 300 euros y que cabe presumir que Mezki y sus cómplices nunca abonarán. Se declararán insolventes, por uno cualquiera de los muchos subterfugios que lo permiten ante los tribunales españoles. Quien litigó lo sabe.

En resumen, que el titular de propiedad intelectual está indefenso, y cuando lo plantea, se le dice que es que es imposible protegerle. Seguramente porque su propiedad no es de las que sí valen y sí se protegen, pase lo que pase y cueste lo que cueste. Nadie le dice a Emilio Botín que su propiedad no se puede proteger. (O a Alfredo Sáenz, a quien ha habido que protegerle algo más que su propiedad). Cuando alguien roba un banco, la policía le persigue. Aquí, pura y simplemente, no hay gobierno, ni policía, ni nada.

La selva en estado puro.

Habrá quien piense que Mezki es un bandido romántico, un Robin Hood, o un bandolero generoso de la mitología patria. Pero si ese héroe romántico existiera, no iría a robarle su trabajo a un trabajador que sólo vive de su esfuerzo. Iría por Botín, por ejemplo. Igual que los bandidos de Sierra Morena, dicho sea de paso, no solían robar al marqués (que siempre salía bien protegido), sino al agricultor que iba a vender al mercado el fruto de su sudor. Porque el héroe romántico no lo es tanto: mete mano donde no se la juega, donde se puede y es fácil. Y encima, embozado.

Parece que va a haber un nuevo gobierno pronto. Y alguien, ministro o secretario de estado, que tendrá que ocuparse de esto. Le desafío públicamente a que diga, a la mayor brevedad, qué piensa hacer con este asunto, si es que piensa hacer algo. Éste es el principal motivo de exponer aquí, pública y detalladamente, esta historia de Mezki que no es más que una de tantas.

Y un último desafío para Mezki, ladrón del esfuerzo ajeno. Yo aquí estoy, hablándole con mi cara y mi nombre. Si lo que hace es tan legal, tan legítimo, tan útil a la comunidad y tan benéfico, que no sea vergonzoso, que se muestre con orgullo y me conteste con su nombre y sus dos apellidos. Y que ponga su foto de ahora, no la de ese niño que tiene en su perfil, y cuya imagen, por respeto a la infancia, no voy a poner aquí.

Porque a ese niño, como ocurre con todos los niños, ninguna cuenta puede pedírsele, al angelito, del adulto en que se ha convertido.

Abrazos.

Postdata del 27/11. Un día después, el libro copiado sin permiso ya lleva 1.800 visitas. Los que hacen la página también han considerado oportuno comentar esta entrada. Yo no pretendo polemizar con ellos, así que si queréis leer lo que dicen, lo tenéis aquí. Creo que el tono y talante de algunos comentarios, frente a alguien que es el perjudicado por su acción, y que no empezó esto ni mucho menos, hablan por sí solos. Aclaro que no me dirijo a epubgratis.me, o no preferentemente. Si sigo lo que hacen es porque me parece que es una página de descargas de las más profesionalizadas y porque en ella, junto a comportamientos que no puedo aprobar (y disipo las dudas de algún malévolo, no me bajo nada de lo que se cuelga con arreglo a ellos), también hay comportamientos éticos, que me permiten establecer una comparación y promover una reflexión que, como indica José Luis Benavente en su blog Lector-e, es ante todo pedagógica, o más bien de análisis razonado de un fenómeno. Uno de esos comportamientos éticos es el de quien subió mi ebook Zona desdinerizada, cuyo nick es Adruki, y que aun teniendo el permiso concedido desde mi propia web, se me dirigió y lo obtuvo expresamente, tras someterme su trabajo. Eso es de chapó, y es también epubgratis.me. Mi entrada iba hacia el señor Mezki, que no hizo nada de eso, y al que ahora alguno de sus cofrades me impone el deber de ser yo quien le pida (¿por favor?, ¿en una instancia con póliza presentada dónde?) que retire el libro que nunca debió colgar. Perdonadme pero como se decía antes, pa mear y no echar gota.

Adruki o Mezki. That is the question.

Más abrazos.

Post-postdata del 27/11 por la tarde: Tras un debate interno entre los que hacen epubgratis.me, han decidido, lo que les honra, retirar el libro, por lo que el enlace de arriba, que funcionó durante dos días, y usaron 2.000 personas, ha dejado de estar operativo. Lo ha retirado el propio Mezki, alentado por otros, y tras declarar que nunca me leyó avisa que nunca colgará ni leerá nada mío. Bueno, creo que podré seguir viviendo, como viví hasta ahora sin su lectura, y espero que tanto él como otros hayan entendido que hay cosas que no se deben hacer, aunque sean impunes, que era de lo que se trataba. Les reconozco (cosa que otros no tienen) la capacidad y la dignidad de rectificar, y me disculpo por si fui o soné innecesariamente acre. Simplemente traté de ser contundente y de llamar a las cosas por su nombre, por feo que resulte, que a veces nos perdemos en eufemismos. A ver si la próxima vez alguien piensa que no hay que esperar a que aquel a quien perjudicas te diga que le estás perjudicando para no perjudicarle, y mucho menos imponerle la carga de decírtelo, de tal o cual manera. Si lo he logrado, me daré por satisfecho.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

México lindo






Para esto sirve darse prisa en hacer los ebooks y ponerlos a buen precio. Lo que veis arriba es una captura de hoy de la web de Gandhi, la gran librería (online y offline) mexicana.

El océano ya no nos separa. Viva México.

Abrazos.

martes, 22 de noviembre de 2011

Alcántara





La imagen tiene su historia. Es la salida del cuartel de Monte Arruit del regimiento de caballería Alcántara, en julio de 1921. Partían al encuentro de un enemigo ebrio de victoria ante el que sucumbieron con gallardía, tratando de defender las vidas de sus compañeros. No tuvieron éxito, y de aquella, como saben los lectores de Del Rif al Yebala, quedaron sobre el terreno 9.000 hombres.

Poner esta imagen hoy tiene un sentido de homenaje a quienes dan la cara, y la pierden, mientras otros la esconden. La derrota no es menor, pero ellos salvan la dignidad.

Yo sé por qué lo digo. Y seguro que alguno lo adivina.

Abrazos.

(Por cierto, el cuadro es de Augusto Ferrer-Dalmau, a quien conozco y estoy convencido de que no le importa que lo ponga).

domingo, 13 de noviembre de 2011

Ética periodística





No creo que un intelectual, como suele decirse (si esa palabra sigue valiendo para designar algo), o lo que yo prefiero creerme, un simple cuentacuentos, deba expresar en público a quién va a votar. Tengo en mente la advertencia del escritor serbio Danilo Kiš : el artista que se pone al servicio del poder o lo halaga de cualquier modo, se convierte en bufón.

No debo nada de lo que haya podido conseguir, ni un solo euro, a mi adscripción a ningún partido político. Nunca he pedido el voto para ninguno, ni lo haré. Respeto a los colegas que lo hacen, y que pueden tener sus legítimas razones. Las mías para no hacerlo también creo que lo son. Los he criticado a todos, porque no me gusta cómo están organizados ni cómo adjudican y reparten el poder, y quiero seguir haciéndolo. Y no espero que me den nada. Saludablemente, lo que tengo se lo debo a los lectores, y con ellos espero seguir tratando.

Por eso, nunca he declarado lo que afirma Libertad Digital y, quiero creer que siendo sorprendidos en su buena fe, recogen los de EcoDiario. La única fuente de la que pueden haber obtenido manifestaciones mías sobre las elecciones del 20-N es esta entrevista a El País y ésta a ABC y otros periódicos de Vocento (mismo texto).

Por favor que alguien busque dónde digo que votaré a Rubalcaba. Reitero lo que sí digo. Ni siquiera sé (aún) si voy a votar. Y soy de izquierdas. Y creo que Rubalcaba es un político muy capaz. Pero para una inteligencia media, queda un trecho largo hasta afirmar que he manifestado que vaya a votarle, o colegir que vaya a hacerlo. Lo que haga, insisto, lo guardaré para mí.

Abrazos.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Flanqueados





La imagen que abre esta entrada es bien conocida. Se trata de Eleuterio Sánchez, alias el Lute, flanqueado por dos civiles que representan en ese trance a la ley que lo había juzgado.

Se me ocurre que es la analogía gráfica más aproximada que puedo encontrarle a la imagen que veréis más abajo, y que presenta al autor flanqueado por dos críticos y catedráticos del máximo prestigio, que más de una vez lo han juzgado (y sentenciado).




Bromas aparte, se trata de José María Pozuelo Yvancos y Ricardo Senabre, dos de los críticos más competentes (e incorruptibles) del panorama español, que en múltiples ocasiones se han ocupado de mi obra y en general lo han hecho con indulgencia, lo que no impide que cuando lo creyeron oportuno me hicieran alguna censura. Y para muestra, la reseña de Pozuelo sobre la última novela, Niños feroces. Para que se vea que esto no es vano pasteleo. Quien quiera comprobar cómo Senabre, allí donde halló algo que reprocharme, me lo ha reprochado, no tiene más que visitar mi web y ver, por ejemplo, lo que escribió sobre La sustancia interior.

Celebro que haya críticos de su fuste y su independencia, y por eso los invitamos a esta edición de Getafe Negro, donde se hizo la foto. Allí compartieron su saber con los alumnos de la Carlos III con gran generosidad (para los suspicaces, no se les pagó un euro por hacerlo).

En especial, quiero reconocer la valentía y la sagacidad con que Ricardo Senabre, una y otra vez, ha honrado la regla que prescribió Raymond Chandler al crítico literario: señalar el talento cuando aparece, y no limitarse a elogiarlo cuando se ha vuelto respetable. Son innumerables los autores noveles y desconocidos a los que ha reseñado favorablemente. Uno de ellos fue el autor de Noviembre sin violetas, un librito que vio la luz allá por 1995, a lo mejor os suena.

Abrazos.

P.D.: Para una encuesta personal. ¿Consideráis que el episodio de la muerte de Benjamin es tan consabido como dice Pozuelo y que por tanto narrarlo era superfluo? Lo digo porque mi impresión es que el grueso de los lectores españoles actuales de novelas ni sabe quién era Benjamin, pero me gustaría saber si mi percepción está desenfocada.

martes, 1 de noviembre de 2011

Erst im Chor (sólo en el coro)





Han aparecido más reseñas sobre Niños feroces. Me permito recoger otras tres francamente hermosas y de singular calado (esta novela está resultando afortunada, por lo bonito y lo hondo que es lo que sobre ella se escribe). Las firman Lluís Satorras para Babelia, Gerardo Elorriaga para El Correo y Pedro Crenes para papelenblanco.com (la gentileza de lo que dice me induce a perdonarle que me envejezca en dos años).

Leerlos, y leer otras reseñas anteriores, me recuerda este pasaje del maestro, Franz Kafka, que siempre tengo en mente a la hora de enjuiciarme a mí mismo, y que creo que en este lugar (y refiriéndose a este libro) resulta especialmente pertinente:

Geständnis und Lüge ist das Gleiche. Um gestehen zu können, lügt man. Das, was man ist, kann man nicht ausdrücken, denn dieses ist man eben; mitteilen kann man nur das, was man nicht ist, also die Lüge. Erst im Chor mag eine gewisse Wahrheit liegen.

Es decir:

Confesión y mentira son la misma cosa. Para poder confesar algo, uno miente. Aquello que uno es no puede expresarse, porque eso es uno, justamente; sólo puede comunicarse lo que uno no es, es decir, la mentira. Sólo en el coro puede hallarse cierta verdad.


En fin, aunque no tenga nada que ver (salvo que también se trata de un coro de voces, amalgamadas por el capricho de la memoria), a esta entrada le pongo una banda sonora, la del programa que los amigos de Radio 3 me permitieron diseñar hace un par de semanas, escogiendo y comentando la música que se emitió durante una hora en la emisora. Supongo que me retrata, pero ante todo me apetece compartirla con vosotros.

Abrazos.