viernes, 13 de abril de 2012

Quince años no es nada




Corría el año 1997. Un buen año, que me confirmó mi querencia desde niño por ese número que es también el de las estrellas de la Osa Mayor o, si se prefiere, el de las que lleva la bandera que le inventaron a la Comunidad Autónoma donde nací (mientras siga existiendo).

Ese año de 1997 tuve la fortuna de publicar dos novelas. Y digo la fortuna porque siempre lo es, que te publiquen, lo que implica que alguien te hace caso (y hasta ese momento, además, a mí me habían hecho bastante poco, como escritor y novelista). Pero también por la larga y feliz vida que habrían de tener esos dos libros, y que entonces era incapaz de sospechar.




Ahí veis sus cubiertas. Las de las ediciones originales, como debe ser. Desde aquellas, los dos libros se han reeditado una y otra vez, sin fallar un solo año, hasta este 2012. Uno de ellos ha seguido teniendo la misma cubierta. El otro ha ido conociendo otras muchas. Una, que me criticaron bastante, fue ésta, recogida del cartel de una película:




Pero bueno, cariño le tengo a la película, también, y no me pesa verla. Las tres cubiertas con que podéis encontrarlo ahora, en librería, bolsillo y ebook, son éstas:




Esta entrada, sin embargo, no es para hablar de cubiertas de libros. Sino una celebración y un agradecimiento por esos quince años de vida que les habéis dado a estos dos libros. Gracias a vosotros (y al decir vosotros me consta que aludo a muchos miles de personas, de todas las edades en ambos casos) tanto el uno como el otro están vivos. Y de qué modo.

Transcribo, con su permiso, la carta que me remite un profesor de Baleares que ha leído este curso, con sus alumnos, Algún día cuando pueda llevarte a Varsovia.

Este trimestre hemos trabajado en clase de literatura española con los alumnos de 3º de ESO su libro Algún día cuando pueda llevarte a Varsovia. La gran mayoría de los alumnos han entrado muy bien. Hemos hablado de un montón de temas a partir del libro: racismo, amistad, amor, valentía. Por supuesto, de literatura con todas las referencias que aparecen. Como es un colegio sólo de chicos les ha venido muy bien para entender la psicología femenina.
El otro día pusimos el concierto para violín y piano de Tchaikovsky en clase y fuimos leyendo los trozos del libro. En fin, un éxito. Aunque hayan pasado casi 15 años sigue siendo totalmente actual.

No os imagináis cómo le honra a uno leer algo así.

Como leer, también, lo que haciendo una búsqueda sólo de entradas recientes en Google, se desprende de los comentarios sobre La flaqueza del bolchevique de la bloguera de El cuento de nunca acabar, el de Los tipos duros no bailan, el de Maierismos, la de Trazando caminos o el de El antro de los vampiros y otros monstruos (alguno de ellos, deduzco, muy joven).

O comprobar, aunque sea anecdótico, que la película inspirada en la novela es considerada por muchos la mejor de su protagonista (razón aquí) o incluso la mejor adaptación de una novela española al cine, según esta votación de 20Minutos (ya podían haber votado en el Goya, cuando nos lo quitó a Manuel Martín Cuenca y a un servidor Isabel Coixet). Puede que sean sendas exageraciones, pero que haya quien lo piense no deja de resultar alentador.

O incluso, lo que dice el gran editor Constantino Bértolo, que en efecto fue uno de los que rechazó La flaqueza del bolchevique cuando era sólo un manuscrito inédito. Hubo algunos otros más, pero él ha sido el único que ha tenido la gallardía de reconocerlo públicamente.

En fin, lo dicho, que gracias, de corazón. Por ser con vuestra lectura, para estos libros y para su autor, el mejor seguro contra la voraz, inapelable y vertiginosa obsolescencia que este mundo en que vivimos se obstina en imponerles a casi todos nuestros empeños.

Abrazos.

5 comentarios:

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Felicidades Lorenzo.
He leído los dos, por supuesto, y reconozco que le tengo especial cariño a "La flaqueza del bolchevique". Recuerdo que me dejó bastante "tocado" durante un tiempo; algo que también logró la película, uno de esas raras ocasiones en las que la versión (o visión) cinematográfica no desmerece de su predecesora de papel.
Gracias!!!

Hutch dijo...

"Algún día..." sigue entreteniendo e "incordiando" la hora de lectura semanal de mi instituto. Saludos.

Corso dijo...

Gracias a ti Lorenzo, por los cientos de horas de trabajo que te han llevado a dar a la imprenta los textos que luego se han traducido en horas de aprendizaje y disfrute. A menudo he escuchado que un libro no está completo hasta que ha sido leído, pero no creo que el esfuerzo dedicado por creador y lector sea comparable.

Fue La flaqueza del bolchevique lo que me permitió descubrirte. En honor a la verdad, decir que fue la película lo que me condujo a la novela, que a su vez puedo haber leído media docena de veces en estos años y recomendado otras tantas, siempre con la fortuna de que quien me ha hecho caso disfrutó al menos tanto como yo.

Son muchos los textos tuyos que aún no he leído, pues por desgracia una sola vida se muestra insuficiente para todo –de ahí que la literatura se torne imprescindible-. Poco a poco.

Espero encontrar dentro de otros quince años una entrada como esta. Mucho ánimo y enhorabuena!

Gijón dijo...

Estimado Lorenzo:

Felicidades por este aniversario y gracias por lo que hasta ahora he podido leer de todo lo que has publicado. Gracias también por esta mención. Me siento muy honrada.

Quien me recomendó "La flaqueza del bolchevique" sabía lo que hacía. Por mi parte, sigo sus pasos y sigo recomendando el libro a todo el que puedo.

Espero que todavía vengan muchos más para poder seguir disfrutando de tu buen hacer.
¡Un saludo!

María Antonia Moreno dijo...

Descubrí Algún día... hace pocos meses y pensé lo que me hubiese gustado leer una novela así a los quince!
Lo que no quita para que disfrutara como una de quince leyéndola!

Feliz aniversario.