Está en el corazón del Hradcany, el Castillo, que es como los praguenses llaman al complejo de edificios construido encima del barrio de Mala Strana, y que domina la ciudad en todos los sentidos. Allí tuvo su sede en tiempos el gobierno imperial, allí montaron su cuartel general tanto los ocupantes alemanes (con el siniestro Reinhard Heydrich a la cabeza, hasta que dos comandos y una negligencia médica lo quitaron de en medio) como los gobernantes comunistas, y allí se encuentra ahora el gobierno de la República Checa.
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