Este fin de semana he sido injuriado y calumniado. Una vez
más. Una vez más con publicidad. Y
una vez más ha sido la red el medio elegido para difundir la calumnia y las
injurias. Sin embargo, en esta ocasión la calumnia y las injurias presentan un
encarnizamiento casi obsesivo, y persiguen causar un grave descrédito.
El que quiera comprobarlo,
tiene la calumnia y las injurias aquí. Aviso que es sólo apto para quien tenga mucho tiempo que perder y que
contiene
spoilers sobre mi novela
Los cuerpos extraños.
Para quien no tenga la paciencia de leerlo, se trata de una
acusación de plagio, adornada con todo tipo de epítetos despectivos hacia mi
persona, mi trabajo y mi honestidad profesional, amén de alguno de propina para
personas que colaboran conmigo. La esencia del argumento es la absurda pretensión
de apropiarse de una historia real, el asesinato del alcalde de Polop en el año
2007, que inspira el crimen de la novela que ha escrito el calumniador de forma
bastante directa (sus personajes principales, con reparto de papeles, sexo y
móvil del crimen,
según el relato que en su día hicieron los investigadores del caso, coinciden casi con exactitud con los de su libro, a tenor de la sinopsis que
él mismo hace) y de forma menos directa la mía (me pareció oportuno, y más
eficaz a efectos de la ficción, alterar circunstancias como el sexo y el
talante de la alcaldesa asesinada, así como modificar ligeramente el reparto de
responsabilidades entre los intervinientes).
Aparte de ese argumento central, que dista como puede
comprobarse de ser una invención del calumniador, las demás coincidencias que
se señalan son tan pintorescas como que haya dos personajes (con muy diferente
función en las respectivas historias) que tienen como apellido Miralles (apellido común en Valencia, donde sitúo mi historia), que el
protagonista tenga una conversación con su madre, que un ayuntamiento cuente con tres plantas (como multitud de casas consistoriales españolas) o un piso con sesenta metros cuadrados (como cientos de miles o millones en España), que la
localidad donde se sitúa la acción sea indeterminada (como en casi todas las
novelas de Bevilacqua, dicho sea de paso, desde la primera publicada en 1998) o
que haya una oficial de la Guardia Civil al mando de la unidad territorial (como ya sucedía en La marca del meridiano, publicada varios
meses antes de la novela del calumniador, y por esa regla de tres, fuente del plagio
que sería él quien habría cometido).
El colmo de lo pintoresco (permítaseme ser contenido en los
epítetos, al contrario que mi calumniador) es que se me impute plagio de un
pasaje de un libro en la descripción de los ritmos y arreglos de una canción de
Germán Coppini publicada nada menos que ¡en 1986! Esto es, 27 años antes de que
se publicara la página en la que la protagonista del libro en cuestión hace
yoga con una música innominada.
Y todo así, y con eso y un bizcocho va uno y ofende
gravemente a otra persona, aprovechando el hecho de haber enviado su novela a
la editorial de la que es socio, lo que se pretende convertir en prueba de
copia de lo que ni se puede ni es necesario copiar, porque ya estaba ahí: desde
2007, 1986 o 1844, si se tiene en cuenta que el calumniador intenta reclamar, con
una novela publicada en 2013, poco menos que el monopolio sobre los guardias
civiles como personajes literarios.
Cuando uno lee algo así, piensa que la persona puede estar
ofuscada, que ha empezado a ver fantasmas por todas partes y que sus exabruptos
son consecuencia de ello. Es lo
que he preferido pensar, y por eso he enviado un comentario a su blog. Ha
tardado dos horas en ser censurado; se ve que no quiere que lo lean quienes
leen sus calumnias y sus injurias. Bueno, para eso tengo yo también un blog y
me guardé copia. Lo transcribo a continuación, porque tiene un contenido de
advertencia pública, frente a una calumnia y unas injurias también públicas, y
a las que me interesa dejar constancia de que he respondido diligentemente, sin
esconderme ni esconder los argumentos del calumniador (al contrario que él, que
censura los míos en su blog, sus razones tendrá para hurtarlos a sus lectores).
Y es que no hay nada de lo que tenga que avergonzarme frente a acusaciones infundadas
y en algún momento extravagantes que pretenden desacreditar un trabajo que me
pertenece plenamente y que va mucho más allá de lo que se atisba que es el
libro que se pretende plagiado. A partir de ahora, el calumniador, si persevera
en la calumnia, no podrá decir que persistió de buena fe en su error.
He aquí mi comentario en el blog (censurado):
Esta mañana he
recibido noticia, a través de quien sondea la red en busca de copias piratas
de mis libros, de esta entrada de blog que me duele y asombra a a partes
iguales.
Antes de hacer
hipótesis extrañas y de lanzar acusaciones tan graves, le recomiendo que
recuerde esta historia, que es de 2007 y a la que su novela se parece
muchísimo.
http://www.diarioinformacion.com/especiales/crimenpolop/articulos/portada/detenido-alcalde-polop-asesinato-antecesor-1_259.html
Las historias reales
están a disposición de todos los escritores para inspirar historias de ficción.
Las demás coincidencias que señala son accesorias o podrían volverse contra
usted: no es precisamente usted el primero que hace de los tenientes coroneles
de la Guardia Civil personajes literarios y menos aún quien muestra como tal a
una teniente de ese Cuerpo. ¿Adivina quién lo hizo en varios libros publicados
antes que el suyo?
Esto es un comentario
cordial para alguien que entiendo que insulta fruto de la ofuscación ante una
interpretación errónea, deseando que ahí quede todo. Si persiste en la
descalificación y la injuria, lamentablemente, no quedará otra que la
confrontación en los tribunales, significándole que una acusación de plagio es
grave y ha de estar muy bien fundada. La correspondencia entre la obra presuntamente
plagiaria y la invención esencial de la plagiada –invención esencial, no hechos
que están en la crónica negra del país, ni coincidencias nimias como un nombre
o un apellido común o un adjetivo de uso corriente– ha de ser sustancial, para
que quien la hace no incurra en responsabilidad, responsabilidad que puede
serle exigida. No quiero llegar a ese extremo, pero si persiste en su actitud,
no quedará otra.
Piense, en conciencia,
frialdad y soledad, si "Los cuerpos extraños" puede escribirse sin
haber leído su novela. Le aseguro que se puede, entre otras cosas porque quien
la escribió no la ha leído jamás: si como dice la envió a ese sello editorial,
resultó cribada en un estadio muy anterior a su llegada a las manos del editor,
que además es otra persona.
Este mensaje, público
como su acusación, está enviado con buena voluntad y en el ánimo de impedirle
cometer un grave error. Confío en que no persevere, pero si lo hace, cuente con
que los demás también defienden sus derechos, y más cuando llevan treinta y
cinco años escribiendo muchas horas al día.
Atentamente,
Lorenzo Silva
A partir de aquí, esto se ventilará donde corresponda, y
puede contar quien me agrede con que, si no reconsidera su actitud, habrá de
responder de ella. Lo que me veo obligado a anunciar es que a partir de ahora,
ni Playa de Ákaba como editorial, ni yo como escritor, aceptamos ni leemos manuscritos de
nadie desconocido o no solicitados. Quien quiera que lea una novela suya, a título puramente personal o como socio y responsable de la editorial, o que lo hagan mis colaboradores que
filtran usualmente los originales o actúan como editores de mesa, deberá enviar
una sinopsis de dos folios, la primera página de la novela y otra cualquiera del
libro. Sólo leeremos eso, y sobre eso, si despierta nuestro interés, solicitaremos
más. Y si no, aquí paz y después gloria: por suerte hay otros muchos lectores y
otras muchas editoriales.
Lo siento por los que se vean perjudicados habiendo obrado
de buena fe. Pero espero que se entienda que no estoy dispuesto a que se me
tienda dos veces la misma trampa, por mantener otra actividad que no es la mía
principal y que ni siquiera es lucrativa (en el muy deprimido panorama
editorial español actual), sino un compromiso personal por ayudar a descubrir
nuevo talento.
Abrazos.
Postdata: Nuevo protocolo de recepción de manuscritos en Playa de Ákaba. Para general conocimiento, y a partir de lo apuntado en este post, enlazo al blog de la editorial donde hemos establecido las
nuevas reglas de recepción de originales, para evitar en adelante problemas como éste. Hemos comprobado (el sábado pasado no tenía a mi disposición los archivos de la editorial) que en efecto el manuscrito se envió el 8 de marzo de 2013. Yo me encontraba en plena gira del Planeta y mi socia acababa de dar a luz, lo que nos daba una capacidad muy limitada de gestión, habiendo sufrido además una avalancha de manuscritos al abrir la editorial y teniendo apenas capacidad para publicar 3 o 4 novelas al año. Se le respondió al autor con la misma fecha 8 de marzo dándole cuenta de esta circunstancia y recomendándole que lo enviara a otras editoriales. Finalmente, la novela fue descartada por el título poco atractivo y por la imposibilidad de publicar más títulos de los que ya teníamos comprometidos. Ni mi socia ni un servidor la leímos jamás. Y desde luego no vamos a hacerlo ahora. Nos limitaremos a salir al paso de lo que alegue su autor, si alega algo más, para exigirle que lo pruebe cumplidamente o la responsabilidad que le corresponda en caso de no poder probarlo.