Llegan estas fechas entrañables, que se decía antes, en las que es costumbre hacer regalos, y aunque uno ya sabe que los objetos del deseo de sus conciudadanos se sitúan por lo general fuera de las librerías, no puedo dejar de reseñar aquí, para quien le sirva, la aparición de dos libros que bien pueden servir como opción a aquellos antiguos que sigan pensando que un volumen encuadernado puede ser un buen presente por Navidad o Reyes.
El primero, por orden de aparición, es éste.
Una curiosa aventura compartida, y que será más compartida aún, porque da inicio a una serie en la que irán compareciendo distintos autores para continuar las andanzas de la pareja investigadora, Sonia y Pau: una desempleada rebotada que se arroja a la economía sumergida y un Ni-Ni con secretos inconfesables que se convierte en su escudero y protector.
Quien quiera saber más del libro y del proyecto, puede informarse en la página de la editorial, Menoscuarto, un primoroso sello palentino con el que ha sido para Noemí Trujillo y para mí un placer trabajar. Luego dicen que los editores no sirven para nada. Quienes nada saben de libros.
El segundo, apenas unas semanas en la calle, es éste:
Se trata de una selección de los relatos publicados en elmundo.es en la serie vidas.zip, en concreto de 102 de temática criminal. Todas son historias reales, lo que las hace más escalofriantes, en ocasiones, y más chuscas, en otras. El resumen, también en la página de la editorial, y aprovecho para agradecer a Ediciones Destino su reiterada confianza en mi trabajo. Me cuentan que con éste ya soy el autor con más títulos en la mítica colección Áncora y Delfín, a la par con Miguel Delibes. Nada menos.
Con éste, por otra parte, son seis los libros publicados en este 2016. Creo que es mi récord. Un exceso, ya lo sé. En fin, entre unas cosas y otras ha rodado así...
Por cierto, ya que hablo de ella, recientemente ha alcanzado la serie vidas.zip una cifra redonda, de las que toca celebrar: cuatrocientas semanas buscando y escribiendo historias tomadas de la pasmosa realidad. Mi gratitud también a elmundo.es por su confianza en mi trabajo.
Y ya que estamos, Feliz Navidad, con música:
Abrazos.