sábado, 22 de mayo de 2010

La noche de la literatura





Sucedió el pasado día 12 de mayo en Praga. Más concretamente en el Muzeum Hudby (el Museo de la Música, en Malá Strana, muy cerca de donde está el famoso Jesusito). Ved en la foto de más abajo qué impresionante es su patio interior.




Fue una lectura de un par de pasajes de la traducción al checo de La flaqueza del bolchevique, que dicho sea de paso es de justicia consignar que le debo a Eva Blinková-Pelánova, cuyas impresiones sobre la tarea podéis leer aquí.

Al bolchevique de mi cuento le puso voz el actor checo Miroslav Taborský (conocido del espectador español por su intervención en La niña de sus ojos). Los fragmentos que leyó me pidieron que yo mismo los sugiriera. Y me dicen que me hicieron caso, así que el público de la foto de arriba bien puede estar escuchando (pero en checo) esto:

Las creen­cias recorren invaria­blemente un camino natural, desde su subleva­ción contra otra creencia inicua hasta su transfor­mación en la nueva iniqui­dad que será preciso destruir. El dolor y la belleza, en cambio, son irrefuta­bles porque no se miden con ninguna creencia ni exigen que ninguna creencia se ponga a su servicio. Ningún hombre vale lo que cree, sino lo que ha deseado y lo que le ha sido dado sufrir. Cual­quier hijo de perra o cualquier borrego puede creer cualquier cosa. Los elegidos lo son por el éxtasis o el infortunio. Los mejores, por ambos.

O quizá esto otro:

Uno puede haber meditado mucho, haberse esforzado por asumir la propia diferencia y hasta por convertirla en un orgullo. En realidad, quién no procura salvar­se de su tara convirtiéndola en insignia. Todo eso está bien, pero a veces, cuando uno anda desprevenido, viene la oscura conciencia que uno de los débiles más implacables que ha dado la historia, ese checo desgarbado llamado Franz Kafka, dio en simbolizar en un pobre tipo que una mañana se vuelve escarabajo y es repudiado por su familia, que se va de excursión cuando al fin el escaraba­jo muere. Como es sabido, dos de las cosas que más ferviente­mente desea el bípedo sin plumas son que nadie le repudie y que después de morirse nadie pueda hacer excursiones.


Mi agradecimiento a los organizadores, al lector, al público (unas 800 personas, en 12 tandas) y a Eufrasio Lucena, de la embajada de España en Praga, que me facilita toda esta información para poder compartirla con vosotros. No digáis que no es una cosa bonita y reconfortante. Os pego otra foto de la sala, a la que me enorgullece pensar que por mi culpa regresó el espíritu inmenso y luminoso de Franz Kafka, así fuera tan sólo por una noche.




Abrazos checos.

3 comentarios:

Hutch dijo...

Magnífico escenario. Sugerente lengua para la lectura: se asemeja al polaco, aunque éstos tienen algunos prejuicios respecto al checo. Saludos.

Paco Gómez Escribano dijo...

Vaya tela, Lorenzo, qué preciosidad las fotos. Enhorabuena, porque ese tipo de actos seguramente te llenarán de orgullo al ser reconocido en otros países. Un abrazo.

Elena Cardenal dijo...

Que mejor lugar, el año pasado estuve en Praga y me vine encantada :)

Por cierto, Lorenzo, quería saber si vas a estar en la Feria del libro de Madrid, ya que he estado en la página web principal y o el buscador va mal o dice que no estarás en ninguna caseta. también faltan otros autores y me parece muy raro.
Nos lo puedes comentar?

Gracias.

Un saludo.