Por no decir completamente contraria a la realidad. Ya se publicó hace unos días, la desmentí a través de Twitter pero se reitera ahora, aquí.
Lo malo es que de ese medio beben otros y la van replicando. Con el periodista de Público hablé, aunque me temo que no entendió bien mis palabras, o no me hice entender bien yo. La conversación fue nocturna, a través del móvil y con mala cobertura, eso puede excusarle a él, a mí o a ambos, fuera quien fuera el causante de la noticia inexacta.
Lo que le dije a este hombre, con el trasfondo de la Ley Sinde, es que durante meses no había cerrado un acuerdo con mis editores porque no estaba de acuerdo con los precios que se estaban poniendo al ebook, demasiado altos y poco realistas, en mi opinión, en un país donde se ha instalado la creencia de que la cultura ha de ser gratis.
Por aclarar un poco esto último: desde luego que hay que plantar cara, dialécticamente, al mal llamado bando internauta (en realidad, sus muy interesados y autodesignados portavoces: alguno ya ha hecho un lucrativo negocio de su postura, vía conferencias clónicas pagadas a precio de oro y consejos retribuidos en filiales de empresas beneficiadas directamente por el despiporre actual). Hay que lograr, sí, que esta gente se apee de sus pretensiones basadas en el discurso sofista (yo sólo enlazo, no sé quién colgó el epub ni si tiene permiso) y sobre todo en la imposición de sus tesis por la vía de la coacción, a partir del actual desprecio masivo de los derechos de propiedad intelectual y de la impunidad de quienes fomentan y se enriquecen con este fenómeno. Pero también por parte de la industria hay que dar pasos decididos para deslegitimar por la vía de una oferta alternativa el discurso pirata, por un lado, y para que las autoridades se vean empujadas a perseguir de una vez a los receptadores digitales, que son el verdadero cáncer que amenaza con pervertir irremediablemente todo un mercado y aniquilar un sector productivo que da de comer a decenas de miles de familias en este país. (Para el que no sepa lo que es un receptador, hay diccionarios.)
El paso al que me refiero es hacer una oferta digital legal realmente asequible y competitiva. Puede que no sirva ya para nada, porque ninguna oferta asequible puede competir contra los cero euros (por poner un símil: al que va a mangar en el Carrefour, igual le da que le bajes a diez céntimos lo que piensa llevarse y sabe que puede llevarse sin que le pillen, y a lo mejor necesita y le viene fatal pagarlo, que esa es la segunda parte, sobre todo en tiempos de crisis).
Pero vamos a intentarlo. Espero que quede por ahí gente que piensa que de algún modo, siquiera mínimo, es decente corresponder a quien hace algo que te gusta y/o reconforta.
Todo este rollo para dar la verdadera noticia: me costó, pero he llegado a un acuerdo con mis editores. Y va a ser toda una novedad, frente a lo que hay. Pronto estará disponible. No puedo avanzar nada más, pero tampoco quiero que circule por ahí algo que no es cierto.
Ah, la imagen que abre esta entrada es la portada de uno de los ebooks.
Abrazos.
10 comentarios:
hay algo que a mí me llama mucho la atención de todos los comentarios que he leído, parecidos a este suyo: abogan por un sistema justo y apetecible en la oferta de ebooks, discos, etc. y reclaman una ley severa contra los "receptadores" y los que han sido llamados piratas; pero ni una sola vez, ni una, a ninguno le he leído (ni a los Bardem, ni a De la Iglesia, ni a González Sinde, ni a Savater, ni a Vargas Llosa y tampoco aquí) que se quejen y, mucho menos, exijan castigo por la aplicación del injustísimo canon digital, que es uno de los orígenes más evidentes de lo que mayoría de la ciudadanía internáutica hace y que aún no es considerado delito por las leyes españolas, es decir, descargarse películas, libros y demás. Ni siquiera he leído que algunas de estas "altas figuras de la cultura" exija su derogación, al menos.
Me gustaría saber, de parte de los que se consideran agraviados, si no piensan que es un abuso que una entidad privada como la SGAE cobre un canon por cada objeto electrónico que se vende en España sin saber si es para grabar una película o un libro, o para guardar las fotos escaneadas de las abuelitas del usuario.
El canon hace algo es completamente inconstitucional: se salta la presunción de inocencia y te penaliza por lo que puedas hacer en el futuro. Eso va contra todo sentido común.
Ok, yo estoy de acuerdo con la redacción de leyes que ordenen el caos; estoy de acuerdísimo en que la "industria cultural" (que no la cultura) siga dando de comer a los miles que viven de ella; pero me gustaría que los artistas, escritores et al acepten y declaren que injsuticias como el canon entran también en el apartado "una de piratas". Y actúen en consecuencia.
Y enhorabuena por llegar a un acuerdo con sus editores.
Muchas gracias.
Juan Carlos Chirinos
Me alegra esa noticia, por tí y por tus lectores en formato digital; de momento, para el ocio sigo prefiriendo el libro en papel y así te tengo. Y sobre todo me alegra porque creo que el lector -aunque sea de libros contemporáneos- no es comparable al consumidor de películas ripeadas, que sacrifica calidad a inmediatez y gratuidad, así que muy posiblemente preferirá asegurarse de la integridad y fuente fiable de lo que lee. Vamos, espero no equivocarme por exceso de idealización de la especie lectora.
A Juan Carlos Chirinos: Silva se ha pronunciado desde hace tiempo y en varias ocasiones sobre el canon digital, quizá no como querríamos usted o yo que se pronunciase, pero eso no quita nada ni a la legitimidad de sus opiniones ni tampoco a lo absurdo de oponer a un abuso legal (el canon digital) otro alegal (bajarse o disfrutar por el morro de material sujeto a copyright). Si tanto les gusta la cultura a los que ponen páginas de enlaces, no tienen más que enlazar a obras con copyleft, y pueden seguir metiendo sus anuncios y sacando su dinerete, pero resulta que si enlazasen a esos productos, no les visitaría ni dios.Y conste que no es que yo sea una santa legalista, es que la porquería no deja de ser porquería aunque salga gratis, así que prefiero pagar mi entrada de cine, mi licencia de software o mi disquito cuando lo rebajen, y si no me quedo sin ellos, que no hacen falta para vivir y además el mundo está lleno de libros, películas y discos de lance.
Sí, Samantha, lo pensé luego de publicar el comentario, que probablemente no había leído todo lo que Lorenzo Silva ha dicho al respecto; desde luego sólo me estaba refiriendo a este post en particular en el que no se dice nada sobre lo del canon.
Y estoy de acuerdo con usted en casi todo, salvo por lo de llamar "abuso legal" al canon y "alegal" a las descargas: el canon contraviene claramente los derechos de los ciudadanos y, hasta ahora, no hay ninguna ley que proclame ilegal, y muchos menos "alegal", a las descargas y demás p2p. Insisto, estoy de acuerdo en que la industria cultural siga dando de comer a los miles que viven de ella, estoy de acuerdo en pagar lo justo por películas, libros y demás; pero lo que no me parece correcto es que presionen a los ciudadanos cobrándoles dos veces por lo mismo, que es lo que ocurre cuando pagas canon y además pagas por la música, cuando obligas a los bares y peluquerías a pagar por escuchar radio, etc.; son excesos absurdos que solo la avaricia de la Sgae le da justifiación.
Habría que averiguar cuándo comenzó el tema de las descargas en Internet y cuándo comenzó a preocupar esto de copiar; porque cuando yo era adolescente pasábamos tardes y tardes grabando casetes y VHS con películas y no recuerdo yo que se haya montado la sampablera de ahora.
Un saludo.
Juan carlos Chirinos
Verá, Juan Carlos, he llamado "alegal" al abuso de las descargas refiriéndome a que esa conducta no tiene actualmente una calificación jurídica precisa en nuestro ordenamiento, ni positiva ni negativa, mientras que el canon digital sí que la tiene, como ambos sabemos, por venir avalado en normativa europea y su transposición a España. A mí, aficionadilla a estos asuntos sin entender palotada, siempre me ha parecido chocante que los jueces dijeran que en bajarse una peli no hay ánimo de lucro: si ahorrarme los 7 euros de la entrada no es lucrarme, que venga Papiniano y lo vea.
No me gustaría convertir este blog, donde sólo soy visitante en un campo de discusión parajurídica, y más cuando el autor es versado en Derecho, y seguramente más que usted y que yo en esta materia. En cualquier caso, el derecho fiscal y sus asimilados (como esto de los cánones) siempre tienen modo de diferenciar hechos imponibles,así que técnicamente no estaremos pagando dos veces por el mismo concepto aunque como ciudadanos nos parezca que sí. Y aunque no sea santo de mi devoción, la personificación en la SGAE tampoco nos salga de penas, y más bien nos sume en oscuridades porque como ocurre siempre, al tener un fantasma que nombrar nos olvidamos de profundizar en el asunto y en los diferentes y múltiples sujetos (es como la IIGM con "Hitler", que parece que la guerra la lió él solito y en persona).
Y finalmente, usted y yo sabemos que ésto de copiar, como cualquier otra conducta, preocupó desde el momento en que alguien empezó a dejar de ingresar en serio, y no fueron precisamente los autores.
Saludos cordiales,y disculpe el dueño del blog por la invasión.
Por partes, Maese Silva:
Desconocía la definición de "receptador", que busqué, claro, en el diccionario. Muy útil, el término. Gracias por ponerme sobre la pista del vocablo.
Por supuesto que estoy de acuerdo con que el autor de cualquier obra artística (sea un libro o una canción, que son dos de los casos que nos ocupan) reciban el dinero que merecen por ellas. Quien no concuerde con esto es un lerdo. Lo que no se me ocurre es cómo hacerlo.
Porque cargar con un impuesto extra los CDs y los discos duros de los ordenadores me parece, perdóneme, completamente inmoral, como ya ha apuntado otro comentarista. Yo grabo mis datos de toxicidad de microalgas (experimentos de mi laboratorio, obtenidos a base de horas y horas de microscopio) en ellos. ¿Qué tiene que ver con esto la SGAE? ¿Por qué tengo que pagar por ello? Estoy, pues, de acuerdo con Maese Chirinos, y supongo que Usted entiende mi postura, por lo que deduzco de los comentarios de la Dama Keyela.
Por otra parte, como ya comenté alguna vez, si yo me bajara un disco de Los Coros del Ejército Ruso, ¿a quién irían los derechos? ¿A los hijos de las viudas de los remeros del Volga? Si los pagara, en todo caso, ¿estoy seguro de que la SGAE española les pasaría su parte?
Me disculpo, también, por la longitud del comentarios, pero es que el tema da para mucho.
En fin, un abrazo.
No eres el único a quien la prensa tergiversa o malentiende sus palabras, con un ánimo más sensacionalista que informador. Por lo que a mí respecta, te felicito por tu postura clara y creo que valiente al opinar sobre el precio inadecuado de los libros electrónicos. Estoy más que seguro de que hay un punto de equilibro entre lo que un usuario está dispuesto a pagar por un libro electrónico y lo que considera que más merece la pena comprárselo en papel. Y a colación de esto traigo un caso concreto: Recuerdo que hace unos diez años Alfaguara fue pionera en ese aspecto, permitiendo la descarga de "Corsarios de Levante" de Pérez Reverte por quinientas pesetas (El libro salía en aquella época por unas dos mil quinientas, si mal no recuerdo). Yo pagué y me descargué mi copia legal, esperando que se repitiera el caso. No fue así. Estoy seguro de que si los editores hacen una apuesta más audaz que la que muestran ahora, lograrán regularizar el mercado en formato digital. De lo contrario no conseguirán más que proliferen las copias ilegales, que las hay un muchas, entre ellas las de tus novelas. En relación a esto me alegra mucho que salgan al fin en formato digital, y me alegra que la que muestras en portada sea una de mis favoritas.
Un abrazo, Lorenzo y solo espero que cada vez más de tus colegas se animen como tú en tu propósito.
Es de lo mejor que he leído en mucho tiempo; otra visión desde el lado de la industria
http://www.elpais.com/articulo/cultura/cena/miedo/reunion/ministra/Sinde/elpepucul/20110112elpepucul_8/Tes
Y gracias, Lorenzo.
Totalmente de acuerdo contigo en lo que dices, Lorenzo.
Buenos días, buenas tardes, buenas noches.
Lorenzo, he leído varios libros tuyos, y sobre todos los de la serie "Marruecos" me han encantado. Reconozco que (aunque tengo alguno en papel) los últimos los he leído de forma "pirata", descargándomelos de algún sitio.
Me gustaron tanto (sobre todo "El nombre de los nuestros") que llevaba unos días pensando ponerme en contacto contigo para ver si había alguna forma de recompensar tu trabajo por ellos (descarto por diversos motivos comprar la edición en papel y las alternativas actuales para conseguir una edición digital no son las más "interesantes").
Leí tu entrevista el otro día, y me alegró saber que estabas tomando cartas en el asunto. Aplaudo sinceramente la iniciativa, y espero que sea un ejemplo para el resto de autores.
Un saludo de parte de un "pirata" que está dispuesto a pagar por tus libros incluso después de haberlos leído de forma "ilegal".
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