lunes, 15 de diciembre de 2008

Cuatro libros para cerrar 2008


Muchos lectores me han regañado, y no sin razón, por la inmovilidad de este blog. En mi descargo diré que este año he estado muy ocupado, por motivos tanto profesionales como personales, y que ya en la primera anotación advertí que en principio sólo asomaría por aquí cuando hubiera alguna noticia relevante.  Bueno, pues he aquí que para cerrar el año no tengo una, sino cuatro noticias relevantes. O lo que es lo mismo: cuatro libros. Por lo menos, el esfuerzo ha cundido.

Para empezar, una novela:



Para continuar, dos libros infantiles. Uno a partir de 5 años y el otro entre 8 y 12. Bueno, eso dice el editor. Pero no se prohíbe a nadie fuera de esas edades leerlos. Ambos, ilustrados con brío y sutileza por Ignasi Blanch.





Y para terminar, el guión de La flaqueza del bolchevique (la película), coescrito con su director, Manuel Martín Cuenca, en una cuidada edición de la que son responsables los ejidenses de Lagartos Editores:




Al guión (en su versión de rodaje, que difiere del montaje final de la película)  lo acompañan en este volumen otros textos, entre los que destaca una larga conversación entre los dos coguionistas: el novelista y el director de la película, que (pásmense) no acabaron peleados.

Más información sobre todos estos libros en la página web. Y respecto de la novela, una curiosidad: quien quiera, puede escribir una parte de su contenido. Más detalles, aquí:




Y en fin, que sepáis que los reproches han calado en mi ánimo. En adelante procuraré no tener el blog tan abandonado, aunque sólo sea porque da un poco de vergüenza, tras haber publicado un libro en el que el blog se convierte en asunto y en formato de la narración. Pero no prometo convertirme en un blogger ejemplar. 

miércoles, 20 de febrero de 2008

El alquimista impaciente, en Austral

A veces, pasan cosas buenas.


El alquimista impaciente acaba de incorporarse al catálogo de la Colección Austral, de Espasa-Calpe. Donde yo leía a Baroja, Valle, Lérmontov, Maquiavelo... En fin, un lujazo. Y con un estudio introductorio del profesor Germán Gullón, de la Universidad de Amsterdam. Otro lujo.

martes, 19 de febrero de 2008

El deseo y el cálculo racional

"El destino de las personas lo guían los deseos y no los cálculos racionales". Es la conclusión que extrae el profesor Germán Gullón de la última novela de Philip Roth, Sale el espectro. También puede extraerse de otras obras del autor norteamericano (por ejemplo de la anterior, Elegía). La aserción no es muy diferente de la que ya proponía Spinoza en su Ética. Al obrar, estamos abocados a elegir lo que es más acorde con nuestra naturaleza. Dicho esto, habría que tratar de entender por qué, desde esa configuración volitiva común, las personas alcanzan en su trayecto vital destinos tan variados. Por qué unos consiguen, mejor o peor, el equilibrio. Por qué otros se despeñan.

Patologías aparte, apuntemos como hipótesis que básicamente hay dos tipos de personas:

- Aquellas cuyos deseos los encaminan hacia objetivos que coinciden sustancialmente con los que para ellos señala el cálculo racional.

- Aquellas cuyos deseos apuntan en direcciones que divergen sustancialmente de las que la razón les aconseja.

Podría pensarse que las primeras personas son saludables y las segundas no. Pero parece una simplificación, un afán de "normalización" excesiva de la gente. En el segundo grupo hay también individuos capaces de llevar las riendas de su existencia e incluso de realizar grandes logros. Pero así como las personas del primer grupo pueden obrar, por así decir, tranquilamente, dejándose llevar por lo que su naturaleza les reclama, los otros, para no descarrilar, deben elegir entre dos formas de violencia más o menos sostenida:

- Reprimir sus deseos irrazonables y, algo nada baladí, aprender a hacer tolerable esa represión.

- Aceptarlos, perseguirlos con decisión y aprender a vivir enfrentando los riesgos y percances de toda índole que implica la conducta irracional.

Ninguna de estas dos vías garantiza el éxito. Pero cualquier vía intermedia asegura el fracaso. La gran pregunta es: por un camino o por otro, ¿pueden quienes desean cosas irrazonables alcanzar la paz? Difícilmente, mientras el deseo subsista, salvo que encuentren algo, o a alguien, que les ayude a sublimarlo (ya sea por la vía de la renuncia o la de la saciedad). En otro caso, sólo pueden aspirar a resistir hasta que se apague, y poder decir, si ese día llega (no es seguro), que sobrevivieron a él.

Y tus deseos, ¿coinciden o no con lo que te dicta la razón?

lunes, 11 de febrero de 2008

El próximo libro: homenaje a Kafka


Está a punto de salir, bajo los auspicios de la estupenda y exquisita editorial Rey Lear (lo que es lo mismo que decir de su estupendo y exquisito editor, Jesus Egido). En su origen fue un trabajo universitario que hice cuando estudiaba Derecho. Lo he corregido (mínimamente) y completado con alguna reflexión posterior. Siempre habrá a quien le interese Kafka (me consta) y a quien le interese el Derecho (me consta menos, pero también). Los demás, si andan sobrados de tiempo, pueden hacer el experimento. Esta vez puedo decir que tiene su enjundia, porque no la pongo yo, sino el bueno de Franz. Se lo debía. Espero que dondequiera que ande, le arranque una sonrisa.

domingo, 10 de febrero de 2008

Muy buenas

Pues sí, sucumbí al vicio del blog. Advierto que hoy por hoy no soy demasiado entusiasta, y que lo abro con un propósito más bien pragmático. Al final mantener siempre actualizada una página web resulta difícil, y este blog nace con el ánimo de complementar la página http://www.lorenzo-silva.com/. Procuraré que allí siga estando, tan completa como en cada momento me sea posible, la información de carácter más permanente, y aquí trataré de introducir la que vaya surgiendo en cada momento. Pero ya sé que una vez cargadas las armas las dispara el diablo, así que no puedo excluir que algún día caiga en la tentación de anotar cualquier cosa: pensamientos, opiniones, recuerdos, en fin, todo eso que no suele importar más que al propio interesado, pero que a veces la vanidad nos hace creer que puede incumbir a otros, y entonces vamos y lo escribimos.

En todo caso, no prometo regularidad. El humano contemporáneo ya tiene demasiadas servidumbres, por mi parte no quiero imponerme otra.

Ah, como dice su subtítulo, este blog, como la página web, está hecho ante todo para los lectores, que son los que permiten con su generosidad y su atención que un escritor exista, y a quienes debo siempre por ello gratitud. Pero si entra alguno que no lo es, también le doy la bienvenida y las gracias. Seas quien seas, y lo que seas, espero que lo que aquí encuentres te sirva de algo. Y puedes decir lo que se te antoje. Escucharé siempre y contestaré si puedo. Con una excepción: no tengo la menor intención de entrar en ciber-reyertas. Son demasiado aburridas y estériles. Salud a todos.