miércoles, 5 de enero de 2011

Lo que bien acaba





Bien está, o eso dicen. Me escudaré en esta sentencia de la sabiduría popular para encarar mi año 2011, porque si lo juzgo por el principio, no lo voy a calificar como quisiera.

Ésta es una entrada solidaria y de servicio público.

Solidaria con todos los que en estos días estáis bajo los efectos de la gripe que inmisericorde ha alcanzado también a este servidor vuestro. Solidaria también con todos los fumadores, aunque confieso que empiezan a fatigarme un poco sus quejas y sus comparaciones de sí mismos con los judíos bajo Hitler (no en vano he sido su víctima durante 44 años, en los que me han gaseado a menudo y en bastantes ocasiones sin la menor piedad). Comprendo que es un poco duro pasar de golpe de vivir con escasas restricciones (las que imponía la tímida ley anterior) a tener que buscar espacios realmente marginales para su deleite lesivo de los demás.

Y ahora el servicio público. Aquellos que vayáis a Lisboa alguna vez y queráis fotografiar la Torre de Belém desde el lado del mar tened cuidado con el bujero que se ve en la imagen:




Por no verlo, el pasado día 1 este que escribe le imprimió a su tobillo izquierdo una torsión de 180º. Gracias a ello, he empezado el año con dos muletas como las de la foto que abre esta entrada (ahora ya se entiende). En fin, con este principio, estoy seguro de que el año va a ir hacia arriba (y de paso, lo mismo os deseo a todos). Aunque me tuvieron siete horas esperando en las urgencias de un hospital lisboeta, y el médico, cuando al fin me atendió, y le advertí que no le entendía del todo bien, empezó a decirme cosas confusas sobre Pizarro y nuestra forma de conquistar América (como si ellos en Brasil les hubieran hecho la pedicura a los indios), no les guardo rencor. Los quiero además porque son mis ancestros (mi apellido lo atestigua) y contra lo suyo uno nunca puede revolverse del todo.




Así que pongo estas otras fotos más sugerentes, para dejar y quedarme con mejor sabor de boca. La anterior a estas líneas, el monumento a los descubrimientos, junto al río. La que sigue, una de bancos solitarios, subgénero que me fascina (y más con la botella, que ya estaba ahí, seguramente abandonada tras una celebración de año nuevo):




Algo de máquinas jubiladas (otra debilidad):




Y en fin, la Torre de Belém, que ya nunca olvidaré, desde un ángulo más seguro (para el tobillo del fotógrafo):




Abrazos y feliz 2011 a todos.

9 comentarios:

Vizconde de Bragelonne dijo...

Hay fotos que son muy valiosas por diferentes motivos, en este caso la foto costó 180¤ y un par de muletas con repaso historico-moral en luso... no me resulta barato, no.
PD: La proxima vez que te acorrale un portugués preguntale por Eusebio, siempre funciona

Pilar dijo...

Lástima de tobillo. Pero las fotos merecieron la pena. Son preciosas.

Alberto Ramos dijo...

Menudo buraco (por usar una palabra portuguesa que no necesita traducción).

Ánimo y feliz año, que ahora sólo puede ir a mejor.

Samantha Keyela dijo...

Espero que te repongas pronto y bien de la torsión, Lorenzo. La única vez que han tenido que escayolarme fue también por amor al arte, en aquel caso al formidable Pont du Gard. Será una tontería, pero a mí me consoló mucho pensarlo.
Feliz año y felices Reyes.

Orl

Hutch dijo...

¡Ánimo en la convalecencia! Las Navidades las he pasado entre hospitales por problemas familiares y, en la desgracia, he aprovechado para hincharme a leer; entre las lecturas, los relatos de Chamorro y Bevilacqua que me faltaban. ¡Feliz año!

capriyunliuz.blogspot.com dijo...

increible...super pics...y que mal haber iniciado con todo y una torcedura pero tenga en cuenta que gracias a ello le tomo el tiempo de tener una consulta con el medio muy entretenida jaja...aun asi espero que se recupere de la gripe y de su torcedura...interesantisimo post

Pedro del Río dijo...

Siento que hayas empezado el año de esta manera. Como dices pronto se enderezará y traerá buenas cosas. Curioso el encuentro con el médico portugués, por cierto. Tampoco hubiera sido extraño que te atendiera un doctor paisano, pues sé que muchos han optado por cruzar la frontera.

Lo dicho, un abrazo y recupérate pronto.

Paco Gómez Escribano dijo...

Hay que mirar al suelo, Lorenzo. No obstante te vi en la entrega del Premio Nadal bastante recuperado. Preciosas fotos de una ciudad que me encanta. Suerte y éxito en este 2011.

Susana Hernández dijo...

Qué mala pata, Lorenzo, y nunca mejor dicho. Cuídate mucho, seguro que el año mejora. Ánimo!!
Un abrazo.