Tarde del Día del Libro de 2014 en Orihuela, su pueblo y desde ahora también el mío, invitado por la Biblioteca Municipal “María Moliner” para festejar su primer aniversario. No se me ocurre lugar más apropiado para celebrar ese día, ni ocasión más feliz en esa jornada que la conmemoración de la apertura, en plena crisis, de una biblioteca excelentemente acondicionada, bien dotada y mejor atendida por dedicados profesionales. Tampoco, dicho sea de paso, se me ocurre mejor nombre para una biblioteca que el de esa lexicógrafa heroica que a tantos nos ayudó a comprender los recovecos de nuestro propio idioma y que en el país que la vio nacer ni siquiera llegó a ser nombrada académica.
Estar en Orihuela impone la obligación de ir a visitar a Miguel, donde tiene su casa, que las autoridades locales, con el mejor criterio, conservan y muestran como su más legítimo orgullo. Es ésta, al pie de una montaña, en la parte alta:
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