martes, 19 de abril de 2011

Copiad, malditos





Hace unos días, me escribió Stéphane M. Grueso para decirme que podía ver su documental "¡Copiad, malditos!", para el que me entrevistó durante más de una hora hace cosa de un año. También me dijo que mi entrevista completa estaba colgada en la web del documental.

Si pincháis en los enlaces respectivos, podréis comprobar: 1. Que la entrevista que me hizo fue, en efecto, muy amplia y exhaustiva. 2. Que en el documental apenas se montaron unos pocos segundos de dicha entrevista, en los que sólo se escucha una parte muy concreta de la respuesta a una de sus preguntas, respuesta que en la versión completa es mucho más amplia y tiene además otro sentido, que matiza, y no poco, el de las palabras incluidas en el documental.

La visión del documental me irritó profundamente. No vi reflejadas mis opiniones, sino sólo un trozo cortado a tijeretazo que le venía bien al director para su tesis sobre la propiedad intelectual, que además no coincide con la mía. Me sentí, pues utilizado, sensación que creo que cualquiera comprenderá que no es agradable. Sobre todo cuando en el documental había varios personajes a los que se les dejaba explayarse a gusto, incluso reiterando una y otra vez sus ideas. Todas ellas, por supuesto, alineadas con las del director.




No creo que los documentales de tesis sean ilegítimos. Los considero menos útiles que otros, y más en un tema como el que nos ocupa, complejo y discutible; pero ilegítimos, en sí mismos, no son. Lo que sí me parece ilegítimo, y poco ético, es recabar durante una hora la opinión de una persona para después ignorar su esencia y limitarse a pegar un comentario marginal que le viene al pelo al director. Antes de hacer eso, es mejor no montar nada. A mí, desde luego, eso me habría irritado mucho menos. No tengo especial afán por salir en la televisión.

Dicho lo anterior, y tratando de hacer abstracción de mi disgusto personal, creo que Stéphane M. Grueso ha hecho un buen trabajo con las diversas entrevistas, que pueden seguirse íntegras en la web del documental (y eso le honra). Pero el documental en sí es, a mi juicio, un alegato simplista y parcial, en el que sólo tienen propiamente voz los que le dan la razón al director: los creadores (todos ellos respetables, y alguno, amigo) que exploran el camino del copyleft (algo, por cierto, que algunos llevamos 10 años haciendo, sin alharacas) y los abogados que aparte de defender esta fórmula defienden a quienes copian y enlazan sin permiso obras ajenas y se ven en pleitos por ello. Los demás jugamos el papel de comparsas o villanos, en un discurso que el montaje subraya una y otra vez (por ejemplo: los abogados aparecen como abnegados luchadores, mientras que los que representan a los creadores "del copyright", siempre gestores e intermediarios no creadores, aparecen como tipos opulentos y/o aficionados a la manipulación de conciencias).

No voy a enrollarme sobre este tema aquí. Me remito a la entrevista íntegra en la web del propio documental, para explicar mi postura, que por encima de todo es independiente y no comulga ni con los apóstoles de "gratis total" ni con los partidarios de la mercantilización a ultranza de la cultura. Y más que a mis palabras, me remito a mis hechos: como el de llevar una década en Internet, regalando mis obras incluso antes de editarlas en libro, o el de ser uno de los primeros escritores españoles que ponen el grueso de su obra en digital, sin DRM y a menos de un tercio del precio que cobran otros.




Ahora bien, no puedo resistirme a señalar un par de incongruencias. El señor Grueso aboga por el copyleft, pero es fácil hacerlo cuando has financiado tu película con ayuda de TVE, es decir, con cargo a los impuestos de todos los españoles (ya los hayan pagado directa o indirectamente). Si yo hubiera sido uno de esos a los que alienta "¡Copiad, malditos!", habría copiado su documental, que pude ver antes de que se emitiera, lo habría subido a Megaupload y habría puesto un enlace en cualquier blog en uso de mi libertad de expresión, aprovechando que la Ley Sinde aún no está en vigor. Le habría hecho un agujero mediano, porque habría supuesto el incumplimiento de su contrato con TVE, que sólo le dejaba ponerlo en copyleft después de emitido, es decir, después de que se haya producido la explotación a la que está destinado un documental para televisión. Eso cambia un poco el sentido del generoso gesto. Si se me permite la maldad, regalar productos amortizados lo hace cualquiera.

Por suerte para el señor Grueso, yo sólo comparto lo que es mío. Ni se me pasó por la cabeza hacer semejante cosa.

Y la segunda incongruencia: en el documental oímos todo el tiempo las disertaciones de dos conocidos abogados, que defienden posturas no menos conocidas. Nada que objetar. Soy también abogado, y respeto a mis compañeros y la profesión que compartimos, que además creo que cumple una función social importante. Pero como abogado, me permito recordar que los de mi gremio defendemos intereses de parte, y además a cambio de unos honorarios, esto es, con ánimo de lucro. Es decir, somos cualquier cosa menos relatores objetivos o imparciales, que es como se los presenta bajo la vitola "expertos en propiedad intelectual". Y esos dos abogados defienden una y otra vez a quienes vulneran o, por decirlo de modo más neutro, ignoran el copyright. Y ya que se les da un papel tan preponderante en la película, permítaseme una pregunta retórica: ¿qué copiarían sus clientes, y sobre todo, qué minutas cobrarían ellos, si no hubiera autores excelentes y/o populares que en vez de copiar se dedican a crear obras valiosas y/o que la gente desea oír, ver o leer, y cuya circulación genera (mucha) riqueza? Pues bien, esos, los que soportan todo con su acierto y su caletre (y con su sudor, y también, muchas veces, con sus cojones) no salen en el documental. Para qué, ¿no?

No me extiendo más. Este post ya es demasiado largo. Sólo os explico las fotos. Las tres anteriores están tomadas en Dijon, hoy. Yo no diseñé ese arco, ni imaginé esa catedral, lo hicieron personas talentosas cuyos nombres desconozco. Pero no he copiado sus creaciones: las he mirado, con una mirada personal, y eso es lo que me considero autorizado a colgar en este blog, porque es el fruto de mi trabajo y de mi (escaso) talento como fotógrafo.




La última foto es de un puente de Lyon, tomada la otra noche. De nuevo, no urdí yo el puente, ni diseñé su iluminación. Pero sí se me ocurrió a mí mirarlo así y a esa hora y con ese fondo. La cuelgo como una metáfora de lo que creo que necesitamos: un nuevo puente entre los creadores y su público. Es decir, ingenieros, gente dispuesta a abrir nuevas vías en un entorno que ha cambiado. Y no dinamiteros dispuestos a hacer ganancia a corto plazo separándonos. Lo que vale tanto para la SGAE (de cuya gestión de este asunto, como socio que soy, discrepo pública y profundamente) como para los titulares de los intereses a cuyo servicio ha decidido ponerse en su documental (que no en la web, que recomiendo) Stéphane M. Grueso.

Abrazos.


Postdata: Stéphane M. Grueso ha respondido a este post en su blog. Os lo enlazo para que tengáis todos sus argumentos. Por mi parte, sólo quiero aclarar que no discutí nunca, como él mismo reconoce, que la televisión pública financiara su documental, aunque represente una postura polémica. Coincido con él en que la televisión pública ha de ser plural, y no necesariamente difundir el discurso dominante, aunque quien se beneficia de su financiación debe entender que pasa a tener como productores a todos los españoles, y que cada uno de ellos, como accionista de su película, tiene una legitimidad reforzada para discrepar de ella.

No comparto su opinión de que personas como David Bravo o Javier de la Cueva, con diferencia los dos ponentes más favorecidos en su montaje, no tengan suficiente presencia en los medios. Están por todas partes, se les pregunta en los diarios más significativos cada vez que hay una noticia relacionada con la propiedad intelectual y yo mismo he estado con David Bravo en TVE 1 en un programa de prime time, en el que por cierto habló más que nadie, y en otro en la SER, en horario de máxima audiencia, donde tampoco creo que pueda decir que no se le dio cancha.

Al margen de que yo me sienta utilizado en su documental (y creo que tengo derecho a decirlo, máxime cuando no creo, por una cuestión de principios, que mis opiniones valgan menos que las del resto, además de ilustrar una perspectiva infrarrepresentada en él, la del creador cuya obra se difunde y se copia) Stéphane tiene toda mi solidaridad y mi reconocimiento por sus esfuerzos por crear algo digno, primero, y por difundirlo después, de una forma altruista que no perseguía devaluar con mi pequeña malicia al respecto. Creo que él me conoce lo suficiente, y quien me siga algo, también, como para saber que identifico esos dos impulsos como inherentes a la condición de creador y que trato de ser coherente con esa convicción. También me solidarizo con sus dificultades para crear desde fuera de la primera línea comercial, y coincido en que eso no le resta valía como creador. Y aunque ahora parezca otra cosa, también en eso me reconozco, y no poco. Para quien no lo sepa, este servidor vuestro dedicó quince años de su vida a la literatura sin ver un céntimo (de peseta) ni una línea suya publicada.

Entiendo que en la ausencia en el documental de creadores célebres, cuyas creaciones dan dinero, puede haber influido la poca accesibilidad de esos creadores: pero eso es algo que un buen documentalista aprende a sortear. En el extremo, Michael Moore llegó a entrevistar a Charlton Heston. Yo, como periodista, he logrado entrevistar, con insistencia, a personas que no querían hablar conmigo. Sintiéndolo mucho, me temo que no es una excusa válida.

Para terminar: creo que Stéphane perdió la oportunidad de mostrar en su documental algo más que la guerra de la voraz SGAE contra los generosos compartidores. Ese cuento, a este espectador le resulta tan poco interesante como el de los beneméritos defensores de los autores contra los abyectos piratas. Perdió la ocasión de mostrar que hay algo en medio, gente que no quiere criminalizar a toda la población, y que trata de poner de su parte para que se llegue a soluciones realistas y razonables. Yo dediqué hora y media de mi tiempo, que no me sobra, a tratar de señalárselo. Por eso me parece frustrante que decidiera prescindir de ello.

Por lo demás, le deseo suerte. Aunque creo que ha cometido algún error desdichado, su reacción me demuestra que es un hombre con conciencia.

Más abrazos.


Postdata 2: Un hilo interesante sobre el documental y este mismo post en el también interesante y más que recomendable foro lectores electrónicos. Una aclaración para uno de ellos: pude ver (y por tanto copiar, sé cómo se hace) el documental un par de semanas antes de su emisión en TVE.

Y más abrazos aún.


Postdata 3: El productor del documental reacciona a este post. Creo que le falta humildad para encajar las críticas a una película hecha con dinero público (ya lo digo más arriba: como el resto de contribuyentes españoles, soy un accionista de su proyecto, mal que le pese). También caricaturiza mis argumentos, convirtiendo en edición normal de una entrevista lo que es un tajo salvaje, y además tergiversador de la opinión del entrevistado. Y no lo pienso yo solo. Lea si no lo que explica, con bastante claridad, uno de sus espectadores en los comentarios a este post.

Abrazos y cierre, que esto ya se ha extendido mucho. Espero que por lo menos haya servido para poner sobre la mesa, entre todos, alguna idea útil sobre este embrollado asunto.


33 comentarios:

Ignacio Calvo dijo...

¿A que es agradable poder sacar una foto de ese puente sin tener que pagar derechos de autor al arquitecto? El sólo cobró una vez, cuando lo hizo. Gracias a eso no es necesario que existan policías junto al puente para que coarten tu libertad de sacarle fotos (gastando además dinero público con ello).

A los arquitectos les va bien, en general. Quizá haya otros tipos de arte con los se que pueda también hacer lo mismo, ganarse la vida sin quitar libertades a la gente. Es para planteárselo.

Y a lo mejor hay tipos de arte totalmente inviables profesionalmente sin esta "policía" y este recorte de libertades. Yo personalmente no creo que existan; pero si así fuera, prefiero que este tipo de artistas se dediquen de forma amateur a su arte, o quizá subvencionarlos si la sociedad así lo requiere, antes que recortar libertades a la mayoría de la población.

Y me dirás, "qué listo; como tú no pierdes tu trabajo..."; pero hay profesiones que desaparecen. Es triste pero es así: no se puede lastrar a la sociedad para mantener profesiones obsoletas (que insisto, no creo que sea este el caso). Yo soy programador, e igual mañana inventan un ordenador que programa solo. A mí no se me ocurriría forzar leyes que coarten libertades (por ejemplo la libertad de usar ese nuevo ordenador). Tendré que buscarme otro curro, y si me gusta programar lo tendré que hacer en mi tiempo libre.

Ignacio Calvo dijo...

Dicho esto, añadiré que lo que ha hecho Stéphane con tu entrevista no me parece bien, que conste. Sin duda debería haber consensuado contigo el extracto de tu entrevista destinado al documental.

Al menos, está la entrevista completa y podemos verla todos los que estemos interesados.

Dosviajeros dijo...

Hola,
Quiero visionar con mas calma la entrevista entera para poder opinar.
Que se escojan solo unos segundos de horas de grabaciones, es lo normal en reportajes, ya que el que edita el montaje, lo hace de acuerdo al guion que previamente ha establecido, y muchas veces, utilizan solo imagenes incluso, para cuadrar ese guion. Para poder opinar mas a fondo sobre el tema, quiero visionar esta tarde a mi vuelta la entrevista completa. Solo queria matizar que es algo habitual.

Por otro lado, que se intente romper una lanza a favor del copyleft y mostrar lo que es, tampoco me parece mal, puesto que se han emitido muchos reportajes hablando derechos de autor en los que ni se menciona la existencia de estas licencias y dando la vision de que unicamente es posible producir en Copyright. Digamos que esto, equilibraria la balanza.

Pero mis dudas, y lo que me interesa, son otras cuestiones que aqui planteas y como abogado, me gustaria conocer la respuesta.

Dices que el documental se licencio despues de su emision. ¿Quiere decir esto que el documental, se emitio sin ningun tipo de licencia? ¿O como estaba la situacion del documental al emitirse? Porque no parece logico para los profanos que un documental sin licencias pueda emitirse, y con copyleft no pueda emitirse. Que finalidad tiene entonces licenciarlo? Porque si la finalidad es que se pueda copiar, distribuir libremente, etc, que pasaria con los que se emiten sin licencia? Aun asi, supongo que este documental si habria sido inscrito por lo menos en el registro de la propiedad, y seria propiedad de alguien. Aqui, ya me pierdo con estos temas, que creo son tan importantes o mas como el resto del documental.

Un saludo y grcias por tus respuestas.

Santiago dijo...

La propiedad Intelectual es abusiva, sobre todo comparada con la Industrial; que dura 20 años desde su registro de patente que necesita un desembolso mayor. No como la Intelectual 75 años despues de la muerte del autor. Alguna obra no es de dominio publico hasta más de 100 años de su publicación.

Anónimo dijo...

Solo hay dos cosas que me parecen pobres de tus argumentos. Ser abogado no significa no defender, incluso con tu trabajo, respondiendo a intereses de parte, aquello en lo que crees. Y la otra, "¿qué copiarían sus clientes, y sobre todo, qué minutas cobrarían ellos,..." acaso no podrían seguir defendiendo otras causas, no son compentens y están formados para ellos, a lo mejor hay incluso otras cosas en las que creen y pueden seguir mezclando trabajo y principios.

PopChubby dijo...

Una nota sobre la segunda incongruencia, en un momento de la entrevista de David Bravo dice que el por levantarse de la silla e ir a una conferencia, charla o juicio lo hace cobrando, pero que después todo el materia que se genera (videos, textos, audios) los cuelga libremente. Y de eso se trata esto, contenidos libres y gratis si, por supuesto. Pero tiene que haber algo mas, que genere dinero para que se pueda mantener la industria. En la música está claro, los conciertos han de ser los protagonistas, un concierto se puede grabar y colgar al día siguiente en la red, pero los sentimientos que se sienten en un directo no los vamos a tener nunca en casa, por mucha alta definición, 5.1 y pantalla de 46". El cine ya ha demostrado en los USA que se puede dar contenido a buen precio, yo soy de Badajoz y la oferta cinematográfica es de chiste, bueno, las ofertas culturales en general son de risa. La televisión tampoco ha de tener quejas con el actual sistema de piratería, solo hay que ver que las series ya no tardar en llegar aquí años, al poco tiempo de su estreno en los países de origen los canales nacionales las emiten, hay una nueva fiebre por las serie, actuales y clásicas, solo hay que pasarse por cualquier centro comercial y ver la oferta que ponen (normalmente cara). Y ahora le toca a la literatura, que acabará por ponerse las pilas a base de descargas.
Lorenzo, yo vi tu entrevista y no te entendí mucho, ya que tus actos estan mas cerca de los que defendemos la libertad de la red para descargarnos lo que sea, lo del todo gratis es algo que a muchos les interesa que se crea, pero la realidad es otra, yo es verdad que ya no compro nada de musica, pero cuando puedo voy a algún concierto de la gente que me gusta (por cuando puedo quiero decir cuando algún grupo esta cerca de donde vivo) tengo un montón de "tarrinas" de DVDs llenas de películas pero mi colección de DVD originales también creció y ahora lo está haciendo mi colección de BR, además voy al cine una vez a la semana, tengo 2 consolas, una pirateada y la otra no, tengo como 10 juegos piratas sin jugar y mi colección de originales supera los 40 (no quiero ni pensar cuantos tengo realmente) y he tenido muchos mas juegos piratas, pero los he probado y al final he acabado comprándolos (en UK que son mas baratos). En definitiva, que lo de todo gratis no es así como lo pintan y te aseguro que yo no soy un bicho raro o concienciado con el sistema, desde que pirateo consumo mas cultura y conozco nuevas propuestas, además de gastarme mas dinero en la misma.
Pedazo de rollo he soltado, ¿no?

Alicia dijo...

Me sorprende la rotundidad con la que dices que solo compartes lo que es tuyo para acto seguido hacer tuya la obra de otro, el arco, la catedral, el puente, con la justificación de que son tu mirada, tu elección de la hora y el punto de vista lo que hace que no sea una copia sino una nueva creación. Puedo estar de acuerdo en que es una nueva creación, pero desde luego reconociendo que se realiza partiendo de la creación de otro y que alguien más podría utilizar la tuya para crear otra, por lo que prácticamente nunca una creación es totalmente original y siempre sería legítima la utilización de cualquier obra para la creación de una nueva.
Me gustaría saber que opinarías si yo leyera en alto una novela tuya y la grabara para colgarla en un blog. Indudablemente no sería una copia porque yo le daría un tono personal, elegiría el acento de los personajes, su voz, los sonidos de fondo o la ausencia de ellos. ¿Estaría en ese caso autorizada a colgarlo por ser el fruto de mi trabajo y de mi talento como lectora o te tendría que pagar de todas formas derechos de autor?
Alicia Ainciburu, arquitecta

kutxi dijo...

Mi postura ante estos asuntos de la propiedad intelectual hace muy poco era muy radical. Estaba, como muchos, radicalizado a base, también es cierto, de aguantar precios abusivos, desprecio e insultos ("piratas" es algo que ya hasta se acepta) de parte de editoriales, discográficas y demás.

Desde hace un tiempo, sin embargo, he moderado mi postura. Concretamente desde que me enteré de tu iniciativa de vender tus libros a un precio justo y sin DRM, y comencé a leer tu blog. Creo que hace falta mucha más gente moderada, como tú, en el "bando" de los creadores, editoriales, etc. Y creo que también hace falta gente moderada en el "bando" de los consumidores. En fin, que hace falta que dejemos de ser "bandos" y empecemos a hacer algo de provecho de cara al futuro.

Saludos.

Pedro de Paz dijo...

Desde los clásicos está todo escrito. Todo planteamiento, toda situación humana, puede encontrarse en los textos más antiguos. Drama, comedia, tragedia, amor, odio, Eros, Thanatos, odio, deseo, venganza... Todo está inventado hace miles de años. Por ese motivo no deja de ser cierto que, como escucho argumentar por ahí, los autores también "copian". "Copian" de sus antecesores. Aun siendo así, cuando a un autor le dicen que "copia" (si aprendieramos a discernir entre copiar, inspirar, plagiar e imitar quizá saldríamos ganando todos en cuanto a quitarnos de enmedio argumentaciones falaces, absurdas y demagógicas), es decir, se inspira en sus antecesores, lo hace para la creación de una nueva obra. Genera algo a cambio de lo obtenido. Ahora bien, ¿alguien sabría explicarme que actividad cultural aprovechable para el resto de la sociedad genera el que lleva a cabo un upload a Rapidshare? ¿Qué crea esa persona partiendo de la inspiración que le ha sugerido la obra de otro? ¿Qué trabajo o esfuerzo intelectual pone en práctica?

Ya. Me lo temía.

kutxi dijo...

Contestando a Pedro de Paz:

Un ejemplo. Subo a Rapidshare la discografía de Francisco Nixon. Un músico de Afganistán, que de otra manera jamás hubiera podido acceder a la música de Nixon, la baja de internet, la escucha, le inspira y crea.

Para mí la actividad cultural que genera esa subida a Rapishare es la propia distribución de las creaciones culturales. Y eso, opino, es bueno per se.

¿Es eso justo para Francisco Nixon? Ese es otro tema. Y es ahí donde hay que buscar soluciones.

Saludos.

PopChubby dijo...

Pedro de Paz, no entiendo muy bien tu pregunta, ¿que cultura generan las webs de descarga? Bueno, si nos ponemos en ese plan podemos hablar de Bisbal, Alejandro Sanz, los triunfitos... por poner unos ejemplos claros de lo que quiero decir, las descargas no generan ni van a generar cultura, eso esta muy claro, eso si, las descargas están cambiado la forma de acercarnos a la cultura, ni tu ni nadie puede jugar y asegurar que alguien en la otra punta del mundo se baja algo y consigue inspirarle y crear una obra completamente nueva, es mas, youtube esta plagado de obras nuevas basadas en otras, la cultura ya no depende de la pasta que tengas, si tienes un ordenador (desde 300€ ya puedes tener uno bueno) y tienes 30€ al mes ya puedes tener todo lo que quieras, incluso material QUE NO SE VENDE en nuestras fronteras.
¿Que hay tontos con mil tarrinas de CDs y DVDs que ni van a ver ni oir en su vida y solo lo tienes por decir lo topes que son? por supuesto que los hay, y a montones, ¿acaso alguien se cree que un tonto así va a consumir cultura? si no lo hace gratis menos pagando, aunque sea por un euro al año. Al final estas normas y leyes solo afectan a 2 grupos, los que menos tienen y quieren cultura y los que podemos pagar y no nos dejan (¿Alguien puede decirme donde comprar el ebook "Cien años de soledad" o la edición coleccionista en BR de "Battlestar Galactica" en España) y además que no nos hagan sentir como unos payasos que pagamos el pato.
Spotify provocó una caída muy significativa en la descarga de musica, netflix (donde le dejan estar) hace lo mismo con el cine, esta claro que hay gente que quiere pagar, y que para hacer el primo preferimos hacer el pirata.

Pedro de Paz dijo...

Popchubby, generalizar es el problema que tiene: que a veces el argumento se escapa por los márgenes. Por un lado, interpretar una canción es una forma de crear (la haya compuesto el que la interpreta o no). De modular tono, melodía y voz de una forma única y exclusiva. Hasta ese mismo momento, hasta el momento en que se interpreta, una canción no es más que una serie de garabatos en un pentagrama. Y por otro, el que te gusten más o menos (o nada) o el que tú no seas partidario o seguidor de cómo interpretan ciertos cantantes o músicos las canciones que ellos componen o que otros escriben para ellos no da validez al argumento de que no son creadores. Por esa regla de tres y atendiéndome exclusivamente a mi gusto personal, podría decir que vaya tontolhaba es ese tal Von Karajan que sólo estaba ahí para mover una varita. Y se me llamaría imbécil con toda la razón del mundo.

Por otro lado, el deseo lógico de que la cultura llegue a todo el mundo y que, contando con la tecnología que contamos en la actualidad, eso sea posible no legitima el que a un autor se le obligue a compartir su obra o se le enajene en contra de su voluntad. El fin nunca justificó los medios. Que se pueda hacer no es sinónimo de que deba hacerse. Y hoy por hoy una de las pocas certezas que pueden tenerse sobre este asunto es que el legítimo propietario (con todas sus potestades) de una obra es su autor. Tanto para donarla en Copyleft como para no hacerlo si no lo desea. Y ambas opciones deberían ser igual de loables, dignas de aplauso y respetables. Insisto en el matiz: yo no estoy debatiendo si puede hacerse (a todas luces es obvio que sí). Estoy poniendo sobre la palestra si es legítimo hacerlo a cualquier precio pasando incluso por encima de la voluntad de la persona que creó esa obra. Hablo de respeto. Ese que tanto se nos exige a los creadores para con los internautas.

PS.- Spotify ha tenido que constreñir su oferta gratuita porque les ha resultado evidente que, por el camino que llevaban, su modelo no era sostenible. Es lo que pasa cuando de diez millones de usuarios paga sólo un millón. Y yo he oído comentarios, más de uno y más de dos, con estas orejas que se han de comer los gusanos, que los "tontos" eran "los que pagaban en Spotify estando ahí libre". La oferta gratuita de contenidos por parte de aquellos que no se albergan ningún derecho sobre ellos ni les ha costado ningún esfuerzo crear. Esa competencia, se vista del libertario color que se vista, es simplemente desleal. Esa es la auténtica lacra contra la que no se puede luchar ni con voluntad ni con buenas maneras. Por mucho que pongas de tu parte.

PopChubby dijo...

Bueno, en realidad yo no he dicho que no son creadores, que lo son, solo digo que sus creaciones, para mi gusto, no creo que sean culturalmente aprovechables para la sociedad, solo es música enlata con buen ritmo, de la cual poca gente podrá inspirarse mañana, ya que carecen de alma propia.
Sotify tiene demasiado éxito, pero seguro que encontraran la formula perfecta, si las radios comerciales siguen con vida sin que ni tu ni yo ni nadie les dé dinero de forma directa (RTVE es un caso aparte) estos encontraran la formula.
Y ese tonto que soltó esa chorrada no tiene ni puta idea de lo que habla, pero por gente así, como ya dije, no tenemos que pagar el pato todos los demás.

Andrés Pérez Domínguez dijo...

Querido Lorenzo: como ya te dije, tu entrevista me parece mucho más interesante que todo el documental. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Si me permites, dejo aquí este enlace a un post que escribí en diciembre con mi opinión sobre la piratería.
Un abrazo,
http://laseparata.blogspot.com/2010/12/los-tomates-de-bardem.html

Silva, Lorenzo dijo...

Gracias, Kutxi: tu postura, y tu reflexión, me resultan muy alentadoras.

A los demás, os agradezco el apoyo a los que lo dáis y la discrepancia enriquecedora a los que la aportáis. No puedo por desgracia meterme a comentarlo todo en detalle, porque ya tengo la sensación de haber escrito demasiado en este post.

Sólo un comentario para los arquitectos: he fotografiado edificios destinados a la exhibición, ornato o uso públicos, y visibles desde la vía pública además. El arquitecto que los diseñó sabía que los hacía para ser mirados y para integrarse en el paisaje de la ciudad, que pertenece a todos sus ciudadanos y paseantes. Mirarlo (y fotografiarlo) no es más que destinarlo a su uso natural.

Copiaría si con esos planos vendiera yo a otro municipio un puente, una catedral o un arco igual. Y eso no puedo hacerlo, el arquitecto está protegido (y bien protegido además).

Nunca me he negado a que mis personajes de ficción, en la medida en que se han convertido en algo público, sean citados o aludidos, e incluso utilizados como personajes episódicos de ficciones ajenas, cuando me lo han pedido. Y nunca he creído que debiera recibir nada por ello. Podéis citarlos, aludirlos y hasta meterlos en un cuento vuestro si queréis. Lo que no autorizo, con carácter general, es que os apropiéis de los textos que yo he escrito para ellos o que echéis mano del personaje para ahorraros el trabajo de inventar un protagonista vuestro. Eso, espero que se entienda que me reserve el derecho a hacerlo en beneficio de aquel o aquella a quien a mí me parezca conveniente.

Alicia dijo...

No discuto en ningún momento que sea legítimo fotografiar una obra de arquitectura, ni que la obra resultante pueda ser una creación artística, incluso de mayor valor que la primera (aunque no creo que en tu caso lo sea, lo siento). Tampoco me quejo del sistema remunerativo que tenemos los arquitectos, con el que estoy plenamente conforme. Lo único que quería resaltar es que todo lo que se refiere a la copia, la originalidad, la creación y sus derechos asociados, es un tema complejo en el que sobran la mayoría de las certezas.
En arquitectura se copia mucho, por suerte, porque nunca se podría haber llegado a desarrollar el gótico de la forma en que se hizo si no se le hubiera copiado, a quien fuera, la idea de conducir las fuerzas por arcos y columnas para eliminar esos pesados muros románicos y permitir la entrada de luz. Así que, para mí, la palabra copia no tiene ese sentido absolutamente negativo que pareces darle sino que incluye lo positivo de la creación colectiva.
En mi campo, el mayor defensor de los derechos de copia, tal como se aplican en otros campos, es Calatrava, que denunció a Foster por copiarle la idea de la cúpula del Reichstag, por suerte, se dictaminó que la cúpula llevaba siglos copiándose y no era lícito pretender la propiedad de sus derechos de autor. También denuncio al Ayuntamiento de Bilbao por creer que la modificación de la pasarela Zubizuri violaba los derechos morales a la integridad de su obra y que estos valían tres millones de euros. Quiero decir con esto que la copia y sus derechos no es algo que se pueda ventilar de un plumazo teniendo en cuenta exclusivamente la situación de las leyes actuales según los sectores y las maneras de cobrar esos derechos. Que posiblemente existan mil formas diferentes de regularlos y que igual mirar cómo se hace en otros campos, buscando similitudes en vez de diferencias, puede ayudar a encontrarlas.
Dejo un último ejemplo para reforzar las dudas. El Guggenheim de Bilbao ha sido utilizado en anuncios publicitarios de todo tipo, el promotor de esos anuncios, con ánimo de lucro, habrá debido pagar derechos de autor por la música de fondo sin embargo no creo que Ghery haya cobrado por los derechos de imagen de su edificio, aunque ésta también colabore en el resultado. Y no, yo no creo que tenga necesariamente que cobrarlos.
Alicia Ainciburu

Silva, Lorenzo dijo...

Cong Fu Xion, son fotos de iPhone de noche y al paso, no tenía otras a mano cuando escribí el post, ni pretendía superar a los arquitectos, sólo evitar que todo fuera negro.

La arquitectura, además, está remunerada de un modo muy distinto. Creo que forzar analogías con ella, en punto a los aspectos crematísticos, es un poco tramposo. Y Calatrava no tiene precisamente mis simpatías. Yo ni le pagaría la décima parte de lo que cobra a sus clientes, como para que encima reclame más.

María dijo...

Creo que España ocupa el nº 1 en el ranking mundial de la piratería digital.
Joé, en esto sí, ¡¡¡qué orgullo!!!!

No sé qué pasa en nuestro país que al sonido del "gratis total" nos sale un instinto primitivo de mangantes impresionante.
Luego, eso sí, utilizamos todo tipo de argumentos-tramposos- para justificar nuestro injustificable comportamiento troglodita.
Nos falta educación y empatía mínima.Y respeto y valoración del trabajo de los demás. Y agradecimiento por el bien recibido (que se traduce en dinero, sí).
Yo seguiré pagando 20 euros de media por libro y seguiré pensando que es barato para el bien que produce. Y cuando no tenga o no quiera gastar, seguiré acudiendo a bibliotecas y mediatecas pública y a páginas legales de internet, donde la CULTURA, que tanto interesa a algunos, es gratuita y de libre circulación.
Qué país....
Gracias Lorenzo,aunque muy diferentes, me han encantado tus dos últimos posts.
No cambies
Muxu
María

PopChubby dijo...

Eso de que somos Nº1 en piratería es mentira, podía poner unos cuantos enlaces que hablan del tema, pero en un mundo "conectado" como el que vivimos, me parece increíble que la gente no quiera informarse mas.
Yo no veo porque hay que hacer distinción entre artistas y arquitectos ya que estos últimos también crean arte del cual todos podemos disfrutar, y muchos gratis. Pero mejor no salirnos de la cultura. Un pintor ¿cobra por cada persona pasa por al lado de su cuadro? Como ya he dicho, el chiste ese de que aquí lo queremos todo gratis vale para algunos que no ven mas allá, si hubiera una oferta realmente buena y la piratería siguiera creciendo entonces tendría sentido.
Maria, si tu te quieres gastar 20€ en un libro eres libre de hacerlo y tonto será la persona que te diga lo contrario, pero a lo mejor Lorenzo te puede aclarar cuanto cobra un escritor por libro vendido y cuanto se llevan terceras personas. En otro foro he leído como en amazon.fr (o fnac.fr) hay libros de escritores españoles traducidos al francés que cuestan menos que su versión española. Yo te puedo estar contado mi película, pero para eso está internet, para que mires en las tiendas y veas que aquí nos llaman piratas para justificar los altos precios, que paguen unos pocos lo que los demás nos descargamos.

PopChubby dijo...

Buscando sobre el Atomium
http://www.ojodigital.com/foro/general/97468-el-atomium-de-bruselas-cobra-derechos-de-autor.html
http://www.filmica.com/david_bravo/archivos/004271.html
Me encuentro con esto más reciente
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/09/andalucia_sevilla/1297257028.html

MªCarmen G. Galott dijo...

Ante todo, este debate generado por Lorenzo Silva me parece muy estimulante. Lorenzo, he visto el documental y ahora me dispongo a ver tu entrevista íntegra; fue lo primero que pensé hacer cuando terminó el documental y ví que las entrevistas estaban disponibles al completo.
Y me gustaría hacer una pregunta para cualquier creador/a: ¿qué buscais conseguir al crear? ¿satisfacción con vosotros mismos, el mero placer del proceso creativo? ¿la máxima difusión posible de vuestra creación? ¿reconocimiento social? ¿obtener un beneficio económico? Supongo que muchos dirían que todo ello. Entonces, otra pregunta: ¿si tuviérais que renunciar a una de esas cosas, a cuál renunciaríais?

Mario dijo...

Reproduzco un comentario propio enviado al mismo blog del documental:

"He visto primero el documental, luego el post de Silva, luego la entrevista a Silva y por último la presente respuesta al post; y en efecto, mi primera impresión fue que Silva se adscribía a las tesis de la obsolescencia o inutilidad de sus derechos de autor cuando en la entrevista se ve claramente que es todo lo contrario. Más aún, en la entrevista desarrolla ideas mucho más constructivas, novedosas e interesantes que el propio documental, inscrito en el maniqueísmo fácil de los buenos contra los malos tan propios del copyleft y que, como es de esperarse, trata el problema de los derechos de autor con la misma objetividad y rigurosidad que David Irving interpretando las guías de la torá.

La manipulación de su opinión fue burda y tramposa. Es como si uno afirmase: "Ronaldo fue el mejor jugador del clásico, pero Messi sigue siendo el mejor del mundo" y apareciese recortada mi frase "Ronaldo fue el mejor jugador del clásico" en un reportaje titulado "Ronaldo: el mejor jugador del mundo". Es decir, no sólo se me cita mal o parcialmente por razones válidas de espacio o ritmo del reportaje, sino que adrede se han manipulado mis declaraciones para dar a entender lo opuesto a lo que en realidad pienso.

¿Cuántas personas seguirán el periplo que yo hice para descubrir lo que Silva realmente piensa y cuántas simplemente verán el documental en televisión y se quedarán con su versión tergiversada? No es difícil imaginar que la gran mayoría sólo se quedará con el documental, porque inclusive en una pieza de propaganda como ésta, partimos del supuesto de que el documentalista se ciñe a la verdad. De ahí creo yo, el disgusto justificado del escritor.

Hubiese sido mucho más honesto con su público, con el entrevistado y hasta con usted mismo, que al no gustarle las opiniones del escritor las hubiese excluido totalmente de su edición final en vez de tergiversarlas.

Saludos,"

Silva, Lorenzo dijo...

Gracias, Mario, ésa era justamente mi sensación, me alegra que alguien la comparta. Creo que en cualquier caso el director ha acabado lamentando sinceramente el corte que decidió darle a mis palabras. No arregla el daño, pero peor es el que se recrea en la falta (y alguno se me ocurre de este tipo).

A Janderita, mi respuesta es muy fácil. No tengo que hacer hipótesis. Sé muy bien lo que es escribir a cambio de nada. Yo, sencillamente, no puedo no escribir. He escrito durante muchos años renunciando a todo lo que dices: difusión, reconocimiento, beneficio, incluso al placer. Ahora, por suerte, y no sé por cuánto tiempo, recibo todo eso. Pero incluso si me despojaran de todo, a la vez, no dejaría de escribir. Es mi forma de ser y de vivir. Y a mucha honra.

Omoloc dijo...

Hola Lorenzo,

Creo que el documental tiene un error de partida: trata del copy-left y de cómo compartir una obra, más que "Copiad, malditos" debería llamarse "Compartid, malditos" ya que el objeto de la acción se centra en el autor, no en los espectadores. En ese sentido de lo que va el documental es de un tema legal, y concretamente de copyleft, así que por ese lado es lógico que salgan más los abogados para bien o para mal.

Lo primero que vi fue tu entrevista, luego vi la entrevista de David Bravo y acabo de ver el documental. El documental es interesante. La entrevista de David Bravo, poco interesante. Tu entrevista MUY interesante (como ya tuiteé). Ciertamente tu postura no queda reflejada en el documental, aunque tampoco veo que lo que muestra muestre una opinión contraria a la que tienes. Pero, como otros, veo, pienso que lo más interesante de esta experiencia ha sido poder ver tu engtrevista completa y escuchar tu razonamiento que me parece tremendamente sensato y equilibrado. Creo que con lo polarizado que está el debate, tus opiniones son un soplo de aire fresco. (¡Has visto una serie descargada! ¡Eres un pirata! ;-D)

Pero hay otra cosa buena en todo esto, que aun nos queda por ver: dentro de las licencias CC, la elegida por el documental tiene una posibilidad curiosa:

http://creativecommons.org/licenses/by-nc/3.0/es/
Usted es libre de:
- copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra
- Remezclar / transformar la obra

Es decir ¿No te gusta el montaje del director (a mi no me gusta)?: Pues ¡cámbialo! Sería divertido hacerlo y observar las reacciones.

Yo hecho mucho de menos en el debate la postura de los autores que en el documental se puede ver por encima reflejado en el músico.
Conocemos la opinión de los "copiadores y conocemos la opinión de "la industria" (y de la SGAE), pero creo que se ha hablado muy poco del autor; y eso es lo que se puede ver en tu entrevista

Enhorabuena por la entrevista y te aseguro que muchos agradecemos esa hora y pico que dedicaste a hacerla. Dala por bien empleada.

Un saludo.

Pedro de Paz dijo...

Janderita, el ámbito de tu pregunta es muy amplio. Tanto como autores/creadores puedan existir ya que cada uno tendrá sus propios motivos. Yo, si te son de utilidad o satisfacen tu curiosidad, puedo aportarte los míos. Yo escribo porque disfruto con el proceso de crear un texto que, arropado por un artificio de ficción, exprese ciertas inquietudes que dentro de mi universo son vitales para mí. Y disfruto mucho puliéndo y dando forma y coherencia a esa expresión. Supongo que debe ser una sensación similar a la del escultor frente a un pedazo de barro, viendo con satisfacción como poco a poco éste toma forma precisa. Y una vez concluido ese trabajo, disfruto comprobando como los demás valoran (si lo hacen) el resultado. Y disfruto tanto haciéndolo que me gustaría que el fruto de ese esfuerzo se viese recompensado económicamente. No para hacerme rico ni tener una casa en Miami sino para algo tan pragmático y legítimo como que el fruto de ese trabajo y ese esfuerzo me permita disponer de más tiempo para seguir haciéndolo y no verme clausurado (y perder diez horas diarías mi tiempo) en una oficina llevando a cabo un trabajo que pague mis facturas. Mi ambición es comprar tiempo para mí. Como verás, todas las razones que expones están muy relacionadas y es complicado renunciar a una de ellas.

Santiago dijo...

Que opina el autor sobre la propiedad Intelectual es abusiva, sobre todo comparada con la Industrial; que dura 20 años desde su registro de patente que necesita un desembolso mayor. Por ej. si hubiera una vacuna para el SIDA solo la podrian explotar durante 20 años despues de haberse gastado millones de Euros.

No como la Intelectual 75 años despues de la muerte del autor. Alguna obra no es de dominio publico hasta más de 100 años de su publicación.

marc137 dijo...

Te cito: "La última foto es de un puente de Lyon, tomada la otra noche. De nuevo, no urdí yo el puente, ni diseñé su iluminación. Pero sí se me ocurrió a mí mirarlo así y a esa hora y con ese fondo."

¿Significa esto que yo puedo coger una obra tuya, modificarla 'con otro enfoque' y hacerla mía? Y voy más allá, hablamos de intangibles, los escritores suelen ser grandes lectores, ¿cuánto de esos libros leídos, que son generados por otros autores, van a parar a sus propias obras? ya lo digo yo mucho. Y señores, eso es COPIAR!

Silva, Lorenzo dijo...

Si sólo coges una obra mía, Marc, y la modificas con otro enfoque, estarás creando poco. Estarás adaptándola, y si lo haces sin permiso puede ser una infracción de la propiedad intelectual. Otra cosa es si tomas elementos o informaciones que encuentres en un libro mío para una obra original tuya, una historia que a ti se te ocurra o que te encuentres (y te animo, el mundo está lleno de historias que no cuenta nadie, no hay ninguna necesidad de copiar la de otro).

Ese puente es un elemento de la ciudad de Lyon tomado para una fotografía de un instante concreto en ese lugar que lo excede. No he copiado ese puente para tenderlo entre otras dos orillas, que es lo que sería análogo a lo que planteas.

Por mucho que quieras convencer de lo contrario, hay una diferencia nada desdeñable entre crear y copiar. La que hay entre la sensación que da leer a Shakespeare (que partía a menudo de historias ya contadas, pero con un tratamiento artístico más valioso que las propias historias) o la que tienes al ver el enésimo culebrón venezolano.

marc137 dijo...

No hace falta que me animes Lorenzo, yo ya soy creador!

No estoy de acuerdo con esa analogía que propones. Por esa regla de tres (la de la diferente finalidad) yo podría vender esa foto, es más podría venderla en una web, y se crearía una situación como la que comentas en la entrevista, en la que todo el mundo cobra (el de la web, el del servidor, etc...) menos el creador. Y en el caso de que lo que importara fuera la finalidad... ¿podría coger una novela tuya y hacer una peli copiando de 'pe' a 'pa'? a que no.

Esto solo lo digo para que veas, que a diferentes niveles, necesitamos tener acceso a lo creado por otros. Por cierto, desde mi punto de vista, el creador del puente ya cobró cuando lo hizo, y no pretende seguir cobrando 70 años después de su muerte (y doy gracias de que el arquitecto de mi casa y el pintor de los cuadros que hay en ella, tampoco intenten cobrar cada vez camino por ella o los miro respectivamente)

La creación tiene un valor intrínseco, la haga Shakespeare o un guionista de culebrones, la calidad es subjetiva, si no, que se lo digan a Van Gogh.

El último que creó algo totalmente original fue el descubridor de la rueda, después de él, todo es copia en mayor o menos medida.

Silva, Lorenzo dijo...

La calidad, en el largo plazo, no es subjetiva, Marc. Shakespeare es más y mejor que los culebrones. Pero si disientes, te dejo que los elijas a ellos. Faltaría más, es tu libertad, que no pienso secundar.

Tampoco crear es copiar, aunque en la creación se emule a otros. Lo siento pero por mucho que se intente no se puede torcer (y menos aún invertir) el sentido propio de las palabras (es decir, de las ideas).

noto dijo...

@ Ignacio et al: La gente que no distinguis entre una novela y un puente teneis que tener cuidado, no vaya a ser que intenteis cruzar un rio por una novela y os ahogueis.

Me parece que el director del documental demuestra a conciencia una falta de etica profesional importante y una simpleza o un sectarismo que pide a gritos que alguien le eduque. Lo que demuestra ignorar no cabe en una enciclopedia. Nada soprendente, es obvio desde la eleccion de "abogados expertos"... ¿Por que se llama asi a gente como David Bravo o Javier? Son activistas contra la propiedad intelectual, no expertos. De hecho no hacen gran demostración de conocimientos ni en el documental ni en ninguna otra manifestacion. Expertos en propiedad intelectual hay miles en
españa que si que merecen ese titulo, en cátedras universitarias, en despachos, hasta en la SGAE.

Los derechos de autor no son discutibles. Están en la declaracion universal de los derechos humanos, despues de trescientos años de lucha. Y en la constitucion y en la LPI y en el ordenamiento jurídico. Son simples: el creador es propietario del fruto de su trabajo y tiene derecho exclusivo a explotarlo como el quiera, sin que nadie pueda hacerlo sin su permiso. No es un tema de modelo de negocio, ni de industria ni de grandes o pequeños, ni de SGAEs. Si yo escribo una novela y solo quiero que existan 20 copias que vendo a 10.000 euros, nadie tiene derecho a copiarla y distribuirla y explotarla de otro modo. No hay nada matizable ni discutible ni opinable en ello.

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La gente que quiere eliminar derechos ajenos, como bien explicas, es totalitaria, por no decir nazi. Y la gente que ofrece su trabajo sin cobrar por ello -mas alla de estrategias promocionales- me parece muy cuestionable, casi esquiroles que merecen el mismo trato que el obrero que se presenta en el tajo dispuesto a trabajar gratis.

No hay por que tolerar que un avance técnico despoje a nadie de sus derechos. Las tonterias que se escuchan hoy ya se dijeron cuando se inventó la radio, por ejemplo: una maravilla que iba a hacer famosos a los cantantes y que por ello no debia pagarles. Afortunadamente, los propietarios de la musica no eran tonto

Omoloc dijo...

Noto: ¡Viva el pensamiento único!

Los abogados no expertos ganan juicios a los abogados sí expertos de la SGAE. Debe ser que los jueces no son expertos; por eso se los quiere quitar de enmedio.

Los derechos de autor no los pone en duda el documental. Pone en duda cosas como los años que duran, que se han ido alargando con el ratón Mickey ¿es eso opinable o tampoco?

Por cierto: ¿tienes los permisos para colgar las fotos que tienes tu blog
http://fotohousing.blogspot.com/
porque con lo que te preocupan los derechos de autor, ni siquiera mencionas al autor de las mismas.

Un saludo

Ignacio Calvo dijo...

@ noto:

Supongo que lo de los puentes y las novelas es una gracia tuya; por si acaso aclaro que nos referimos a que ambos son creaciones artísticas.

Creo que sobre un elemento legal como la PI hay pocos mejor informados que los abogados especializados en PI. Efectivamente se puede argüir que haya otros expertos más relevantes, pero decir que la participación de David o Javier sea inapropiada es quizá excesivo.

El artículo 27 de los Derechos Humanos NO especifica ninguna forma concreta de implementar los derechos de autor, sólo que tendrá derecho a la retribución moral y material que corresponda a la legislación concreta. La forma legislativa actualmente imperante (la Propiedad Intelectual, que es un monopolio sobre las ideas limitado en el tiempo), que es la que tú describes, es una de tantas posibilidades y es justamente lo que se discute (no el concepto de derechos de autor).

Se arguye que SÍ debería haber derecho a compartir ideas, puesto que el beneficio de la compartición supera con mucho los enormes perjuicios, económicos y para con otros derechos humanos, que suponen el vigilar a todo el mundo. ¿Cómo compensamos a los autores entonces? Quizá no sea necesario, quizá las donaciones sean suficientes. Puede ser con un impuesto. Los músicos pueden hacer conciertos. Los autores, vender libros firmados. Valor añadido, vamos. Quizá incluso nos tenga que bastar con el arte amateur (que no es poco). Lo que no podemos es fiscalizar al universo para seguir cobrando por copia, porque ahora resulta que la copia es un proceso trivial. La única solución efectiva para seguir con el modelo de PI es el Gran Hermano.

Así que tú que nos acusas tan fácilmente de totalitarismo y nazismo (por cierto: Ley de Godwin), piensa que vas antes que nosotros en eso.

Los avances técnicos no te van a quitar tu derecho de autor. Todo el mundo reconocerá tu autoría de una obra y tendrás derecho a todo el dinero que puedas ganar por el hecho de ser su autor. Es posible que ese dinero no te dé para vivir; pero eso pasa en todas las profesiones, así es la vida.